Según la OMS, el consumo de alcohol en México es de 7.2 litros per cápita; el país se sitúa también como el sexto consumidor mundial de cerveza, con 64 litros por persona al año.
Sin embargo, actualmente se ha revalorizado el consumo del pulque entre algunos de los sectores jóvenes de la población, al mismo tiempo que los hallazgos en laboratorios ofrecen nuevas formas de acercarse a la bebida.
Los probióticos son alimentos que contienen bacterias vivas que contribuyen al equilibrio de la flora intestinal y potencian el sistema inmunológico. Los investigadores empezaron a comparar la información de la farmacopea tradicional sobre los beneficios asociados al consumo del pulque y se encontraron que sus principales datos sobre efectos benéficos en la salud se reportaban frente a padecimientos gastrointestinales.
Los investigadores utilizaron entonces como grupo de control a organismos alimentados con una bacteria láctica comercial, el Lactobacillus casei Shirota. Así, encontraron que las bacterias del pulque tenían como mínimo el mismo nivel de resistencia que la comercial.
También se empezó a evaluar que tan buenas eran inhibiendo bacterias patógenas, pues las bacterias ácido lácticas promueven actividades antimicrobianas, antiinflamatorias y anticolesterolémicas.
Los resultados fueron que las cepas disminuyeron el nivel de infección en organismos de bacterias patógenas como Escherichia coli enteropatogénica, Listeria monocytogenes y Salmonella Typhi. “Concluimos que las bacterias lácticas que hay en el pulque, particularmente una cepa que nosotros denominamos L mesenteroides P- 45, cumple con las características de una bacteria con potencial probiótico”.