CityBus en Oaxaca se reafirma como monumento a la corrupción
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CityBus en Oaxaca se reafirma como monumento a la corrupción

Después de tres administraciones todo cabe señalar que el proyecto es un elefante blanco tullido echado andar a la fuerza con evidente deterioro


CityBus en Oaxaca se reafirma como monumento a la corrupción | El Imparcial de Oaxaca
El proyecto del CityBus demuestra sus deficiencias y abandona a su infraestructura. Foto: Adrián Gaytán

Desangelado y sumido en la ineficacia, el proyecto del CityBus en Oaxaca, que fue anunciado con bombo y platillo por el Gobierno de Alejandro Murat como una de sus obras emblemáticas, ahora se erige y reafirma como un monumento a la corrupción y al derroche financiero. A pesar de las críticas anteriores al gobierno gabinista por no concluir la obra y malgastar 733 millones de pesos, la administración de Murat no sólo no mejoró la situación, sino que aumentó la deuda al destinar hasta 863 millones de pesos para el rescate de esta iniciativa.

El CityBus continúa exhibiendo sus deficiencias, evidenciando la falta de planificación y el despilfarro financiero que ha marcado su ejecución. Después de más de dos sexenios, uno de los proyectos más destacados por la administración pasada apenas funciona y está a la deriva.

Un claro ejemplo de este fracaso es la terminal del CityBus en Santa Cruz Xoxocotlán, la cual muestra signos de abandono. A lo largo de las rutas, se pueden observar paradas destruidas y vandalizadas, reflejando la falta de mantenimiento y seguridad en el proyecto. Así como los estragos evidentes en las paradas diseñadas en inmediaciones de la Central de Abasto y las que están rumbo a Pueblo Nuevo.

A pesar de las afirmaciones iniciales del Gobierno de Salomón Jara sobre la inviabilidad del proyecto, meses después se anunció el funcionamiento de dos rutas. Sin embargo, estas lucen desangeladas y su importancia parece opacada por la anarquía y la influencia de la mafia transportista, que impone sus condiciones en medio del pésimo estado de calles y carreteras, así como de la escasa cultura y educación vial.

Oaxaca sigue sumida en la inmovilidad vial, siendo la ciudadanía la más afectada al carecer de un servicio de transporte público eficiente, seguro, económico, cómodo y ágil. Con todos estos elementos, el proyecto del CityBus se reafirma como un monumento a la corrupción, respaldado por diversas administraciones públicas que han permitido que su beneficio hacia la comunidad sea prácticamente nulo.

La ciudadanía oaxaqueña merece respuestas y soluciones concretas ante esta situación, y la transparencia en la gestión de proyectos de esta magnitud debe ser una prioridad para evitar que se repitan casos similares en el futuro.

Con información de Adrián Gaytán


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