Durante la pasada visita del presidente de México a Oaxaca, se celebró la tradicional mañanera. La sede fue la XXVIII Zona Militar. Ahí, el general Luis Crescencio Sandoval, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), advirtió que nuestra entidad tiene varios lugares caracterizados por su exacerbada violencia e inseguridad, como Oaxaca de Juárez, Tuxtepec, Juchitán de Zaragoza, Huajuapan de León y Santa Cruz Xoxocotlán, a donde se han registrado más hechos delictivos. A diferencia de otros enfoques y mediciones, dijo que si bien en Oaxaca se han reducido los homicidios dolosos, nuestra entidad no está como remanso de paz, tal cual nos la han querido pintar nuestras autoridades estatales, en donde parece disco rayado que somos una de las entidades más seguras del país.
Ello ha influido, como lo hemos dicho, para que los responsables de las áreas respectivas se regodean en la comodidad de sus oficinas y dejen hacer y dejen pasar, sin atender con la prioridad que implica la seguridad pública. En efecto, en las estadísticas casi siempre no se refleja la situación tal cual la ve el ciudadano de a pie, que es quien padece los latigazos de la inseguridad. Por ejemplo, el jueves 2 de diciembre, en pleno Centro Histórico y a las horas con mayor población en las calles, una conocida joyería fue blanco de un par de delincuentes que sometieron a la empleada para hurtar una fuerte suma de dinero. Ello se dio, a escasos cincuenta metros de las oficinas regionales de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Oaxaca (FGEO). A la hora del atraco, la Policía Municipal suele dar rondines por dicho espacio urbano. Pese a ello, cámaras de seguridad de los domicilios cercanos pudieron detectar la huída a pie y sin mayor prisa de los presuntos delincuentes. Ambos con gorra y cubrebocas.
Ese mismo día por la tarde, en un paraje solitario entre Constancia del Rosario y Putla Villa de Guerrero, tres sujetos fueron ejecutados y cuyos cadáveres fueron encontrados en la batea de una camioneta. Todo ello, cuando la opinión pública no se reponía de la indignación que generó el asesinato de un menor de tres años de edad, que viajaba con sus padres en su automóvil, cuando sujetos a bordo de una moto abrieron fuego contra el vehículo. Se trata pues de hechos que no pueden concebirse en una entidad, cuyas autoridades presumen de que somos una de las más seguras del país.
Peligro en ciernes
Desde hace al menos tres semanas, la Organización Mundial de la Salud (OMS), lanzó una alerta a nivel mundial, por la aparición de una variante del terrible mal del SARS-CoV2: la ómicron, la cual se dice, tiene una serie de mutaciones capaces de revertir incluso las vacunas. Algunos países han cerrado ya sus fronteras, sobre todo de vuelos provenientes de algunos países del sur de África, como Namibia, Sudáfrica, Lesotho y otros. El pasado miércoles, el gobierno de los Estados Unidos reconoció haberse detectado ya un caso en su territorio. Pero ya son varios estados. La cuestión es que, si bien minimizada al principio por el presidente López Obrador, que tiene el hábito de tomar las cosas a la ligera, una declaración posterior del cuestionado Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud del gobierno federal, Hugo López-Gatell Ramírez, advirtió que no nos escaparemos a esa nueva cepa de la Covid-19, del que se detectó ya un caso en México.
Si bien es cierto que los índices de casos positivos, ocupación hospitalaria y decesos por el citado mal han descendido en la entidad, ello no debe significar echar las campanas al vuelo. Se acerca la temporada navideña, los convivios familiares, los tradicionales festejos y compras, que rebasan expectativas de concentraciones de personas en centros comerciales y súper mercados, con lo cual el riesgo de contagio se incrementa. Desde hace más de un mes que Oaxaca fue catalogada como una entidad de bajo riesgo epidemiológico, razón por la cual fue ubicada en semáforo verde, las medidas sanitarias como sana distancia y el uso obligatorio del cubre-bocas se han relajado por completo. Ya es común ver en la calle a personas que no cumplen ni una ni otra. Ello implica que el desafortunado arribo de la nueva cepa, podría tomarnos desprevenidos y ponernos de nueva cuenta en serio riesgo.
A lo anterior hay que añadir que nuestra entidad ha sido ubicada en uno de los últimos lugares en las campañas de vacunación junto con Chiapas y Guerrero. Ello implica que, si bien la vacuna sea cual fuere la marca: Pfizer, Astra Séneca, Cancino u otra, puede dar un cierto nivel de inmunidad, el riesgo de contagios en los lugares en donde no se ha inmunizado, es mayor. Es cierto, existe un porcentaje importante de personas incrédulas o ignorantes con la vacuna, la mayoría de la población –así ha quedado demostrado- espera dicho biológico para hacer frente a esta amenaza mortal.