Entre chorros de sangre
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Entre chorros de sangre

 


Dado que el hombre es el único animal que tropieza dos veces, o más, con la misma piedra, vale alertar sobre el peligro social que significa el incendiario nato e industrioso del chantaje político, Flavio Sosa Villa, motejado “demonio de Tasmania”. Ahora va contra el que le ha dado tanto poder: la 4T. 

Después de lucir su voluminosa figura (mayo/2019) frente a la sede de la Corte Penal Internacional en La Haya, Holanda, donde supuestamente acusó al ex gobernador Ulises Ruiz por crímenes de lesa humanidad, el martes pasado volvió a generar polémica. En aquella supuesta denuncia en Europa se vio la mano de su sostenedor Gabino Cué ¿saben por qué? Flavio se hizo acompañar por Arturo Peimbert otro testaferro del gran saqueador que embaucó a Oaxaca con el “cambio”. Lo hizo titular de la DDHO. Preguntar quién pagó el viaje de estos dos golpeadores y sus acompañantes, sale sobrando.  

Entre el incendiario demonio y el ex gobernador Ulises Ruiz hubo un subido intercambio de lindezas que llenaron de morbo las redes sociales. “Eres un sicario al mejor postor” le dijo URO. “Yo no me vendí en el movimiento del 2006 aunque me buscaste”, responde el otro. 

MUERDE LA MANO 

Pero allí no para el protagonismo del demonio. Ayer arremetió contra el gobierno de la 4T que le ha dado tanto poder e impunidad. Me dicen algunos testigos que su mano se vio frente a las oficinas del Programa Bienestar donde quemaron pacas de forraje y sacrificaron borregos. El funesto mensaje quedó entre ríos de sangre. 

La delegada del Bienestar Nancy Ortiz, según me dicen, se apanicó. De inmediato ordenó una mesa de negociaciones con la supuesta organización social “Ganaderos de Antequera” que organizó la sangrienta protesta en exigencia de dinero público. Testarudo como es el presidente AMLO y por más consentido que tenga al demonio de Tasmania, veo difícil que cambie su decisión de no dar más dinero a los dueños de las llamadas organizaciones sociales. Por eso presionan. 

Habilidoso como es, el dueño de “Comuna”, ahora sale como la extravagancia de utilizar las mismas estrategias de agitación política que abrevó de su gran tutor Andrés Manuel López Obrador en tiempos de campaña en Oaxaca.  

Como para que los oaxaqueños no volvamos a tropezar con la misma piedra de la asonada política del 2006 donde el demonio con sus cancerberos, incendiaron, literalmente, nuestra ciudad y ejecutaron en pleno Zócalo juicios sumarios contra ciudadanos pacíficos, vamos a recordar algunas bestialidades. 

Después de la segunda elección que perdió AMLO con el PRD, Oaxaca siguió siendo laboratorio para sus experimentos políticos y, desde entonces, el demonio de Tasmania ya jugaba papel relevante. En Oaxaca se aliaron PRD-PC-PVEM con su candidato Gabino Cué. Hubo una elección muy competida, muy pasional, pero el PRI ganó la gubernatura con Ulises Ruiz con 300 mil votos de diferencia. De eso se valieron y atizaron el sentimiento de división principalmente en los dirigentes del PRD y del Partido de Convergencia por eso cuando inicia el movimiento de la APPO y el Cartel 22, ellos se mueven para dar la impresión de que era un movimiento social. En esos días venía Andrés Manuel López constantemente a Oaxaca e incitaba a la oposición. Entre los agitadores estaba Fernández Noroña, ellos hablaban de la revolución del siglo XXI, por eso sucedieron cosas graves. Desde entonces atizaban la hoguera Flavio Sosa y los dirigentes de Convergencia y del PRD. 

En el 2009, al ganar la gubernatura el gran saqueador Gabino Cué en un segundo intento, decía que para poner fin a la impunidad procedería conforme a la ley, pero como el dictamen de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en relación a los actos vandálicos durante el desastre del 2006, señala que hay responsables de uno y otro bando (tanto del gobierno URO como de la APPO-22 ), prefirió cruzarse de brazos. 

No aplicó una sola sanción contra los que ordenaron y los que ejecutaron el incendio de edificios y casas particulares en la ciudad aquellos días infaustos del 2006.

No hizo nada pese a que algunos medios nacionales, como el periódico Reforma el 6 de octubre del 2009, documentó que los daños durante la ocupación de la APPO en las instalaciones de Radio y Televisión de Oaxaca, ascendieron a 307 millones de pesos. Que el incendio del edificio del Tribunal Superior de Justicia, cuesta 25 millones de pesos; las averías ocasionadas en el auditorio del cerro del Fortín costaron 5.5 millones de pesos, y los del edificio de la Secretaría de Cultura fueron por 15 millones de pesos. (mañana continuamos) 

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