¿Caímos?
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Opinión

El Crematorio

¿Caímos?

 


Ayer en la “imperdible” mañanera de Andrés Manuel López Obrador se justificó ante el desplome de la economía nacional, al expresar enfáticamente: “porque pronosticaron, que pues bueno… una caída estrepitosa, pues si caímos, pero cayeron más otros”… ¡¡¡Plop!!! Vaya forma despectiva e infantil de comparar y justificar su fracaso económico, está igual que las frases célebres de Hugo López- Gatell, “los que fallecieron, fallecieron”, ni para dónde hacerse. Está clara la gran incapacidad del presidente para discernir lo que es bueno y lo que es malo, lo que beneficia o lo que afecta a nuestro querido México, pues pretende gobernar un país con ocurrencias diariamente.

Ahora tocó el caso de la desaparición y extinción de 109  fideicomisos, un golpe muy duro para el financiamiento de la investigación y el desarrollo de proyectos científicos, tecnológicos, la cultura, para enfrentar desastres naturales, enfermedades catastróficas y atender a cientos de personas en riesgo, a miles de damnificados y millones de enfermos. También afectará a los atletas de alto rendimiento, los defensores de derechos humanos y a los periodistas, a las  víctimas y al medio ambiente. Y no se diga del sector agropecuario, agricultura y pesquero;  todo el sector primario paralizado por la falta de solvencia económica y créditos, para apuntalar la producción nacional. El Gobierno Federal argumenta que todos esos compromisos con los diversos sectores  se respetarán, pero este gobierno carece ya de credibilidad, pues no era necesario ni tenía sentido desaparecer todos los  fideicomisos, solo bastaba con auditarlos y darle un seguimiento a la administración de esos recursos asignados. 

Este Gobierno de la Cuarta Transformación (4T) está acabando con la confianza de los mexicanos, de los inversionistas, de la seguridad energética, de la administración pública, del seguro popular, de los programas sociales verificables, en fin, está arrasando con todo. Pues sus megaproyectos de infraestructura son esencialmente destructivos, cancelaron un aeropuerto construido al 30%, tirando a la basura lo invertido; solo para financiar otro, que por capricho, se edifica en un sitio paleontológico, considerado el más importante del continente americano. Están destruyendo el manglar para construir una refinería que jamás será rentable, ni viable técnica y financieramente, señalado así por el Instituto Mexicano del Petróleo, y pretenden destruir zonas naturales protegidas para construir un tren que tampoco será viable, pues dice no a las energías renovables. Pero al presidente no se le contradice.


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