AMLO: Una visita más
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Editorial

AMLO: Una visita más

 


A poco más de un mes de que Oaxaca padeció, en pleno período de contingencia sanitaria, los estragos de un sismo de 7.4 grados, que devastó decenas de comunidades de la Sierra Sur y la Costa, sin tener siquiera la atención del gobierno federal, desde el jueves por la tarde arribó a la capital del estado el presidente Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, tal como lo publicamos en nuestra nota principal de portada el pasado miércoles, el mandatario vino a supervisar los avances en las carreteras –“que son casi autopistas”, como el mismo AMLO reconoció- a la Costa y al Istmo y los trabajos del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT). Como lo mencionamos en estos días, las obras carreteras citadas recién acaban de revivir, luego de que un funcionario de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHyCP), estuviera en la entidad el lunes 20 de julio, para supervisar dichas obras. En la agenda de trabajo de esta gira presidencial, las comunidades afectadas por el siniestro del 23 de junio, quedaron fuera, es decir, no son prioridad.

Entre los oaxaqueños hay sentimientos encontrados al respecto. Si bien es cierto que la promesa presidencial es de terminar las dos súper carreteras, hay que reconocer que su avance ha sido mínimo, pese a tratarse de viejos proyectos. La vía a la Costa si acaso lleva el 56 por ciento, en cambio la del Istmo, que se inició más o menos en el año 2000, sólo lleva el 60 por ciento de avance. La promesa ha sido recurrente, tanto en los “g0biernos neoliberales” como en el de la Cuarta Transformación. Hace presumir que no es una prioridad para la Federación. En lo que se refiere al CIIT, es importante subrayar que muestra avances modestos, pero camina, en tanto que, en el Puerto de Salina Cruz, apenas se observan los trabajos para hacer de dicha ciudad, eje esencial del citado proyecto presidencial.

La gira presidencial termina mañana domingo. Esperamos que luego de tres días de constatar las necesidades de los oaxaqueños, sobre todo de los que menos tienen, la visita haya sido prolífica al menos en nuevos proyectos y de canalización de recursos adicionales. Que no sea como las anteriores, en donde sólo escuchamos discursos y promesas, no la visión de Estado para con una de las entidades más ricas en recursos, tradiciones, bellezas naturales, etc., pero más olvidadas de las bondades de la Federación.

Árbitro electoral en la mira 

Lejos de avanzar o consolidar los magros logros que México ha tenido en su proceso democrático, el partido creado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha pretendido demoler el andamiaje jurídico sobre el que se cimienta la imparcialidad de ciertos órganos. Desde el arribo del mal llamado gobierno de la Cuarta Transformación, se pusieron en la mira los órganos autónomos, con el pueril argumento de que sirvieron a los intereses del antiguo régimen y a la “mafia del poder” o que se habían convertido en onerosos entes burocráticos. En ese tiro al blanco se puso al Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI), a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), con la designación de un personaje a modo y, por supuesto, el Instituto Nacional Electoral (INE), cuya independencia y autonomía ha permitido el respeto a la voluntad soberana del pueblo mexicano en los procesos electorales, por ejemplo, el que le dio el triunfo a López Obrador.

Ante el relevo de cuatro consejeros que cumplieron ya su ciclo estatutario, se designó a un Comité Técnico de Evaluación, a fin de que lanzara la convocatoria para los cargos, recibiera la solicitud de los participantes y, posteriormente, los evaluara. Entre los miembros de dicho órgano, que actuaría como apoyo del Congreso de la Unión, participaron académicos y personajes con solidez moral, imparcialidad política y probada honestidad, salvo uno de los íconos y asesores ex officio del gobierno de la 4T: John Ackerman. Éste ha estado durante más de un mes en el eje de la crítica, justamente por su doble discurso, pues se ha asumido limpio y sin mácula, pese a la difusión del periodista Carlos Loret de Mola, de poseer nueve propiedades, con valor mayor a los 60 millones de pesos. La especie no fue rebatida ni por él ni por su esposa, la poderosa, Irma Eréndira Sandoval, titular de la Secretaría de la Función Pública.

Éste fue el único miembro que cuestionó la designación de los veinte candidatos (as) que llegaron hasta la calificación de la Cámara de Diputados, cuyos miembros insistieron en una reposición del procedimiento de selección a fin de poder apuntalar a aspirantes del partido Morena. Finalmente, con 399 votos a favor, 5 votos negativos y 5 abstenciones, fueron designados los cuatro consejeros (as), dejando lugar a más dudas que certezas. Los ojos del pueblo mexicano están en los representantes populares, que cada día muestran sus bajezas y sumisión a las consignas de un partido y al ejecutivo federal.


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