Oaxaca se volcó en cariño hacia su Alteza la reina Isabel II, tituló EL IMPARCIAL, El Mejor diario de Oaxaca al realizar la cobertura de la visita de 22 horas que realizó hace más de 47 años, el miércoles 26 y jueves 27 de febrero de 1975 por la Verde Antequera, la zona arqueológica de Monte Albán, la Plaza de la Danza, el centro cultural de Santo Domingo y Casa Brena, entre otros lugares.
En 1975 Isabel II llevó a cabo una visita de estado de seis días por nuestro país en compañía de su esposo, el príncipe Felipe, duque de Edimburgo; arribaron a Quintana Roo, desde donde volaron a la ciudad de México, Guanajuato y la programada visita a Oaxaca y partieron del país desde Mérida, Yucatán.
Con puntualidad inglesa, el DC-10 de British Airways tocó tierra oaxaqueña ese miércoles 26 de febrero a las 17:00 horas en el aeropuerto de Santa Cruz Xoxocotlán y, mientras la reina bajaba por las escalinatas, la Banda de Música del Estado tocaba sones militares para, con la seriedad del caso, entonar el Himno Nacional de Inglaterra.
Los soberanos de Reino Unidos eran vitoreados estruendosamente por miles de oaxaqueños que se dieron cita en la terminal aérea para brindar una calidad bienvenida, señala la crónica de la época publicada por EL IMPARCIAL. La recepción oficial estuvo a cargo del entonces gobernador, Manuel Zárate Aquino.
Nos organizamos para hacer una valla del aeropuerto para acá”, narra aún emocionada una mujer que recuerda ese día, “yo era aún una niña”, indica. La salida del pasillo del aeropuerto fue enmarcada por un grupo de 50 chinas oaxaqueña elegantemente ataviadas. La ceremonia de recepción fue muy corta, pero no por ello emotiva.
El convoy de la pareja real recorrió poco más de 5 kilómetros que los separaba de la Verde Antequera donde, conforme se acercaba, la muchedumbre fue creciendo y, al igual que en la visita a la capital de la República, Isabel II nunca perdió su sonrisa y saludaba agitando su mano a lo largo del camino. La soberana se mostró sorprendida por tal cúmulo de personas, las muestra de cariño y la cálida recepción.
Con la juventud de sus 49 años cumplidos cuando visitó Oaxaca, Isabel II portaba un vestido estampado, de un cuarto de manga que le dejaba los brazos descubiertos; de largo hasta la rodilla, guantes blancos y un bolso, también blanco, de mano. Además, recorrió la zona arqueológica de Monte Albán, a donde arribó alrededor de las 18:00 horas, con unas elegantes pero discretas zapatillas oscuras, cabello corto rizado que le enmarcaba su cara semiredonda y un sombrero blanco con un motivo de color oscuro alrededor.
En Monte Albán llevó a cabo un amplio recorrido e, incluso, caminó por algunos de sus montículos. Su estancia fue de alrededor de 40 minutos. Felipe, el duque de Edimburgo, mostró un gran interés por las culturas originarias y, sobre todo, por la arquitectura de la ciudad sagrada de los zapotecas.
La reina Isabel II disfrutaba de una noche emotiva y fresca con la Guelaguetza celebrada en su honor, la cual que se escenificó en la Plaza de la Danza, ante miles de oaxaqueños.
La calle Morelos fue cerrada a la circulación y los invitados y oaxaqueños debieron arribar por Independencia y el Jardín Sócrates. Los monarcas de Reino Unido observaron el desfile de delegaciones y La Guelaguetza que abrieron las Chinas Oaxaqueñas. Siguieron el Jarabe Mixteco, la inigualable Flor de Piña, los bailes y jarabes de Yalalag.
De la Costa llegaron delegaciones de Putla y Pinotepa Nacional, y del Istmo se bailó la Zandunga y La Malagüeña. El apoteótico cierre los realizó la delegación del Centro con el incomparable Danza de la Pluma. Toda la celebración enmarcada por la hermosa arquitectura de la Basílica Menor de La Soledad, donde rige la patrona de los oaxaqueños.
El día siguiente fue una mañana fresca y los nobles ingleses se empaparon de la cultura y el arte indígena. Desde muy temprana hora, en el recorrido del Cerro del Fortín al centro de la ciudad cientos esperaban atisbar el paso de los nobles ingleses.
Promediando la mañana, Isabel y Felipe acudieron a Casa Brena, a un costado del emblemático paseo Juárez, El Llano. Ahí la pareja admiró los telares y las manos mágicas de los artesanos; los indígenas zapotecos explicaron la elaboración en telar. Según las crónicas, visitaron el que fue el hogar del oaxaqueño más universal, Benito Juárez; luego, enfilaron sus pasos hacia el entonces Museo de Historia y el convento de Santo Domingo de Guzmán, donde quedaron admirados por la belleza de su arquitectura y retablos.
En la joya arquitectónica de Santo Domingo, la comitiva escuchó la explicación de Ignacio Bernal, entonces director del INAH. Ese día el duque de Edimburgo rompió con el protocolo oficial y dejó por una horas el traje para vestir una elegante guayabera oaxaqueña de color azul; la visita al Museo Regional concluyó alrededor de las 14:45 hora y los nobles ingleses partieron para el aeropuerto.
En todo el recorrido, la muchedumbre esperó pacientemente el paso de los monarcas. Algunos portaban banderas de México e Inglaterra y no dejaron de vitorear a los visitantes quienes abandonaron al Verde Antequera y abordaron un avión a las 15:00 horas que los llevó a Mérida, Yucatán.
El día de la muerte de Isabel II también fue motivo de recuerdos para miles de oaxaqueños que siguieron con atención esas 22 horas de la nobleza en Oaxaca.
El programa en Oaxaca
Miércoles 26 de febrero
- 17: 00 horas – Arribo al aeropuerto de Xoxocotlán y recepción oficial
- 18:00 horas – Recorrido por la zona arqueológica de Monte Albán; 40 minutos
- Al caer la noche – Cena privada
- Por la noche – Guelaguetza en la Plaza de la Danza
Jueves 27
- Visita a Casa Juárez
- Recorrido por el Museo de las Culturas (Santo Domingo)
- Templo de Santo Domingo
- Casa de la Cultura
- Casa de las Artesanía (Casa Brena)
Lo que no sabías de la visíta:
- 100 habitaciones se reservaron en el Hotel Victoria, en el Cerro del Fortín
- 40 minutos llevó el recorrido en Monte Albán
- 50 chinas oaxaqueñas integraron un pasillo de recepción en el aeropuerto
- 22 horas de visita en Oaxaca
- 1 hora duró La Guelaguetza ofrecida a la reina en Plaza de la Danza
- 10 personas las únicas programadas para saludarla de mano