Aunque la iglesia católica pide que las figuras de Niños Dios sean vestidas únicamente con un ropón blanco, las modas, los gustos populares y las creencias de cada persona inciden en cómo estas imágenes religiosas son vestidas y presentadas cada 2 de febrero, en el Día de la Candelaria.
En otras ocasiones, las figuras son vestidas también como personajes o advocaciones relacionadas con alguna profesión y oficio que no siempre se relaciona con la religión.
En la mercería Pily, un negocio de 129 años de historia que iniciaron las hermanas Pastora y Pilar Escudero, y que se ubica en el mercado Benito Juárez (ciudad de Oaxaca), la confección de ropones empieza varios meses antes del 2 de febrero y en estas fechas solamente se enfoca en entregar pedidos, vestir a los niños o vender los artículos necesarios para la presentación del mismo, emulando el relato bíblico de que el niño Jesús fue presentado a los 40 días de nacido.
José Antonio Manzanero Martínez, parte de la tercera generación de una familia que se ha mantenido en este negocio, explica que vestir a los niños es una labor en la que se han especializado en los últimos 60 años. Cada año, a esta mercería llegan las y los creyentes para adquirir la vestimenta según sus creencias.
“Muchos padres (párrocos) lo que están pidiendo es que solo sea de blanco, pero hay varios modelos tradicionales como el Sagrado Corazón de Jesús, Niño de la Salud, que sean advocaciones referentes a niños Dios… Niño Doctor, Niño del Rayo, son los más aceptados por los padres “.
Sin embargo, hay quienes solicitan trajes y ropones según su fe, por lo que es habitual que varios los vistan como San Judas Tadeo, como un ángel de la guarda o un Niño de la Abundancia, Niño de Bautizo y otro de la Providencia.
Pero en otros casos, explica que hay personas que quieren vestir a los niños luchadores, abogados, futbolistas o incluso como algún guerrillero. Aunque en la mercería tratan de ceñirse a la tradición.
Fuera de estas vestimentas, las tradicionales están compuestas principalmente por un ropón y cada pieza de esta vestimenta tiene un valor y representa algo, por lo cual se debe de colocar en ciertos lados, añade José Antonio. Ese es el caso de las palomas o velas que se le añaden.
Como en este mercado, en la ciudad de Oaxaca hay varios negocios y otros mercados en los que la venta de prendas para Niños Dios es habitual.
Inocenta Pérez Bautista, una creyente de la ciudad de Oaxaca, explica que en el primer año el niño se viste como uno que se va a bautizar y que en los años siguientes le corresponde la vestimenta de la primera comunión y de la confirmación. Después de esos ya se puede vestir de otra forma.
