Atribulado y con pesadumbre murió el Fiscal
muertos y feminicidios lo llevaron al panteón,
la impunidad y las presiones lo ponían mal
Vera, Saldierna y Tuñón lo meten al cajón.
Académico y buen oaxaqueño fue el difunto
no le tembló la mano para los delincuentes,
a policías corruptos los acotó al punto
ni quiso hacer de los malandrines clientes.
Con velas e incienso le rezan la letanía
Réquiem para Rubén que llevó la huesuda,
sus detractores y enemigos en algarabía,
frente a su cadáver inerte, no hay duda.