Independientemente del ámbito en que se encuentren, el trabajo diario de las mujeres “tiene un valor inmensurable”, dice la teniente coronel enfermera Alma Delia Ortiz Velázquez. Sin embargo, la subdirectora interina del Hospital Militar de Zona de la 28 zona militar señala que “debemos seguir luchando, generando un cambio y hacer partícipe a otras mujeres y hacer conciencia de que contamos con una herramienta muy poderosa como es nuestra voz para construir un mundo más igualitario, de respeto, en donde existan oportunidades para todos, hombres y mujeres”.
La teniente Alma Delia es una de las mujeres que junto a colegas como Amalia Aguirre Maldonado y Mariana Paola Acevedo Vidal sigue abriendo caminos para sus congéneres en la milicia mexicana, un sistema que había sido exclusivo de los hombres y en el que ellas han luchado y ganado mayor participación en los últimos años. Por eso también invitan a más mujeres a unirse al Ejército y aprovechar las oportunidades académicas y laborales con que ya cuentan.
Amalia Aguirre Maldonado es sargento primero auxiliar oficinista; Paola Acevedo Vidal, ayudante de comandante de regimiento, y la teniente coronel enfermera Alma Delia Ortiz Velázquez, subdirectora interina del Hospital de Zona.
Rumbo al Día Internacional de la Mujer, que se conmemora este 8 de marzo, las tres abordan los retos y oportunidades que han tenido desde las áreas que conforman la Octava Región Militar en la agencia de Santa María Ixcotel, Santa Lucía del Camino: la 28 zona militar, el Hospital Militar y el Sexto Regimiento de Artillería.
Honrar a sus antecesoras

Con 34 años de edad, Amalia Aguirre Maldonado ingresó al Ejército Mexicano el 16 de septiembre de 2015. Ella vio en el instituto armado una posibilidad de superarse personal y profesionalmente. “Han pasado 9 años y medio y me siento bastante satisfecha con las labores que he realizado y la manera cómo este instituto me ha permitido apoyar a mi comunidad”, comparte.
En la 28 Zona Militar, donde están 62 hombres y 36 mujeres, Amalia elabora documentos varios como las órdenes de sus superiores para los organismos subordinados.
“Todas las actividades que ven de labor social, de Plan DNIII, todo se concibe aquí y nosotros las comunicamos a las personas que se distribuyen al área para trabajo”.
Su familia ve con orgullo y reconocimiento a Amalia, pues es la primera de su entorno en ingresar al Ejército. Estar aquí, dice, es una manera de honrar el trabajo de sus antecesoras. Es “tener la oportunidad de continuar con ese legado de trabajo para futuras generaciones” y algo por lo que su familia “se siente muy orgullosa y contenta”.
Por el Día Internacional de la Mujer también reconoce a todas sus congéneres que han abierto caminos para ellas en la milicia, pero también a las que desde los diferentes ámbitos trabajan por obtener más reconocimiento en la sociedad.
“Que digan: las mujeres no solamente están reclamando sus derechos sino lo hacemos valer con nuestro trabajo diario”.
Nuestra voz para un mundo más igualitario

Con 47 años de edad, la teniente coronel Alma causó alta el 1 de septiembre de 1992 en la Escuela Militar de Enfermeras. En el Hospital Militar de Zona lleva 11 años, tiempo en el que ha tenido una experiencia muy gratificante, pues coadyuva a mantener la salud de la población. Aunque sus actividades son principalmente administrativas, también realiza otras de tipo docente, castrenses y técnicas.
El hospital se convirtió en 2020 en una unidad de terapia intensiva para atender la pandemia de COVID-19, lo que implicó una labor titánica. “Nuestra experiencia fue de angustia, de miedo, estábamos igual que todas las personas, con la incertidumbre de saber qué impacto tenía la enfermedad en la salud de nosotros, también de los profesionales de la salud”.
Para su familia, Alma Delia es una persona muy afortunada porque desde el Ejército ha logrado el desarrollo profesional y al mismo tiempo ayudar a muchas personas a contar con un servicio médico de calidad.
Las mujeres, explica, “debemos seguir luchando, generando un cambio y hacer partícipe a otras mujeres y hacer conciencia de que contamos con una herramienta muy poderosa como es nuestra voz para construir un mundo más igualitario, de respeto, en donde existan oportunidades para todos, hombres y mujeres”.
“Hay mucho por seguir luchando”

El sentido de pertenencia a México, el orgullo de ver al personal militar y de proteger a las familias hizo que Mariana Paola Acevedo Vidal ingresara a la milicia. Ella causó alta el 1 de agosto de 2017 y a sus 26 años de edad, lleva 7 en la Sexto Regimiento de Artillería. Actualmente es ayudante de comandante de regimiento.
Con un uniforme que pesa aproximadamente 10 kilos y que usualmente requiere para su trabajo, Paola cuenta que el adiestramiento, la constancia y tenacidad le han ayudado a superar los retos en este ámbito. También, que poco a poco la presencia de las mujeres en el Ejército ha fortalecido el trabajo y el compañerismo entre géneros.
Para su familia es un orgullo que ella esté en la milicia, aunque también una preocupación por su integridad, confiesa Paola, quien en artillería está en contacto con las armas. Sin embargo, aclara que “la artillería es un arma de apoyo y protección por el fuego y no destinada a retener o conquistar el terreno”. En el regimiento también tiene actividades de operaciones urbanas, de orden interno, de contacto con la población civil para apoyo en la seguridad pública, entre otras.
Por el Día Internacional de la Mujer, Paola apunta que “hoy seguimos recordando la lucha para la igualdad de las mujeres y recordamos lo fuerte, valientes y extraordinarias que somos”. Pero que aun cuando se ha avanzado todavía “hay mucho por seguir luchando”.