“En Oaxaca, hay lugares donde no hay paz”. Al recordar la muerte de Jesús en este Viernes Santo, el arzobispo de Antequera Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos, señaló que el sacrificio del mesías fue uno con el que la humanidad alcanzó la paz porque este “nos alcanzó el perdón”.
Previo al inicio de la Procesión del Silencio, una de las tradiciones que se retomó en la ciudad de Oaxaca en 1986, monseñor pidió porque los pueblos de la entidad se perdonen y reconcilien.
“Que vivan en paz, que no se siga derramando sangre. Que no sigan apareciendo los Caínes. ¡Ya basta de tantos Caínes, ya basta de matar a Abel, el hermano”, fueron las palabras del arzobispo frente al templo de la Preciosa Sangre de Cristo. Desde ahí, el punto de partida y de retorno de la procesión, Vázquez confió en que la feligresía viviera la procesión “con un corazón agradecido, pero también arrepentido y reconciliado con Dios”.
La procesión, una en la que los católicos viven el luto por la muerte de Jesús, congregó este viernes a 13 imágenes de igual número de parroquias, además de penitentes y a la Hermandad del Santo Rosario de Estandartes y Relicarios.

Retomada en 1986, esta procesión de origen español, reunió también a miles de feligreses, visitantes locales y extranjeros.
Entre la solemnidad y encabezada por el arzobispo y los apóstoles, la procesión contó con la participación de diversas imágenes y contingentes: la Cruz alta, la Cruz de Caravaca (del templo de la Preciosa Sangre de Cristo), un contingente de la oración del huerto (de la familia Valera), el Señor del Pasadizo (del templo de Nuestra Señora del Carmen Alto), un contingente con las Lágrimas de San Pedro (de la Catedral Metropolitana), el Señor de la Columna (de Santo Domingo de Guzmán), también con la imagen del Señor de la Humildad y la Paciencia y un grupo de penitentes cargando su cruz (del templo de la Preciosa Sangre de Cristo).
En este recorrido que avanzó por Macedonio Alcalá, García Vigil, avenida de La Independencia y regresó por Alcalá, también estuvieron la imagen del Señor con la cruz a cuestas y el Señor de Esquipulas (del Carmen Alto), el Señor del Rayo (de la catedral metropolitana), el Cristo Crucificado junto con el Santo Entierro y la Virgen de los Dolores (de Sangre de Cristo), así como otra Virgen de los Dolores (del templo de Nuestra Señora del Patrocinio). Y entre cada contingente o imagen uno de estandartes y relicarios.
