La cocina, ese lugar donde se prepara el alimento diario, sigue siendo uno de los espacios más peligrosos del hogar, especialmente para los niños pequeños. Así lo demuestra el caso de Liam González, un niño de apenas 2 años de edad, que resultó gravemente herido al caer accidentalmente en una olla con agua hirviendo mientras jugaba dentro de la cocina.
EL ACCIDENTE
El accidente ocurrió recientemente en Oaxaca, cuando Liam, en un descuido, se acercó a una olla con líquido caliente. La tragedia dejó quemaduras en el 40% de su pequeño cuerpo. Ante la gravedad de las lesiones, fue trasladado de urgencia al hospital especializado Shriners Children’s Texas, ubicado en Galveston, considerado uno de los mejores centros para tratar quemaduras infantiles en el mundo.
El traslado fue posible gracias a la coordinación de múltiples instancias: la Secretaría de Marina (SEMAR), la Dirección General del Hangar Oficial del Gobierno del Estado, así como el delegado de la Fundación Michou y Mau IAP (FMYM) en Oaxaca, el Dr. Pedro Ochoa, quien coordinó el proceso de manera expedita.
“Gracias a la Secretaría de Marina (@semar_mx) y a la Dirección General del Hangar Oficial del Gobierno del Estado por hacer posible este traslado”, señaló un mensaje difundido en redes sociales, donde también se agradeció el respaldo del Dr. Ochoa y de la fundación FMYM.
LA PRINCIPAL CAUSA DE QUEMADURAS EN MENORES DE 5 AÑOS
Este incidente pone en evidencia una dura realidad: las quemaduras por líquidos hirvientes son la principal causa de quemaduras en menores de cinco años, con consecuencias que pueden ir desde lesiones permanentes hasta la muerte.
Los especialistas insisten en que los niños pequeños no deben permanecer en la cocina sin supervisión. Su curiosidad natural, sumada a la baja estatura que les impide visualizar peligros inmediatos, los convierte en una población especialmente vulnerable.
LA COMUNIDAD SE SOLIDARIZA
Tras conocerse el caso, las redes sociales se llenaron de mensajes de apoyo, solidaridad y también de alerta entre madres y padres que se sintieron identificados.
“Tengo una niña de 2 años y en cada segundo pone en riesgo su vida, tengo los ojos encima de ella todo el día. Solo descanso cuando está dormida. Y en cuanto entra a la cocina la quito de ahí”, compartió una madre.
Otros usuarios relataron experiencias similares con hijos o nietos atendidos también en el hospital Shriners:
“Mi nieto estuvo hace 10 años y actualmente está muy bien”, escribió una usuaria. Otro mensaje agregaba: “Yo pasé por lo mismo, llegué a estar en ese hospital, está en las mejores manos en el mejor hospital del mundo”.
La esperanza y la fe también se hicieron presentes:
“Primero DIOS estará bien, está en las mejores manos”, “Pronta recuperación para este pequeño”, y “Gracias… Fundación Michou y Mau IAP por toda la ayuda para este angelito”.
No faltaron, sin embargo, mensajes de incredulidad: “No comprendo cómo pudo haber sucedido esto… Un pequeñín… a su estatura, ¿cómo jaló la olla o qué pasó?”, cuestionó otra persona.
UN LLAMADO URGENTE A LA PREVENCIÓN
La historia de Liam no solo duele, también alerta. Las autoridades, fundaciones y especialistas en salud infantil coinciden en que la prevención en el hogar es clave. Medidas como instalar barreras de seguridad, mantener ollas con los mangos hacia adentro, y nunca dejar a los niños solos en la cocina, pueden evitar tragedias como esta.
La Fundación Michou y Mau IAP, que ha brindado apoyo a cientos de menores con quemaduras, reitera que cualquier incidente debe ser atendido de inmediato y canalizado a hospitales especializados. Ya que el tratamiento oportuno puede salvar vidas y reducir las secuelas.
Finalmente, Liam lucha ahora por su recuperación en Texas, acompañado por un equipo médico de excelencia y respaldado por la solidaridad de una comunidad que, con dolor, ha vuelto a aprender que la cocina, lejos de ser solo un espacio familiar, puede convertirse en el escenario de una tragedia evitable.