Los árboles de navidad, las luces o cascadas con la música de la temporada comienzan a verse en algunos sitios de la ciudad de Oaxaca, pero lo que se ha descrito como el “espíritu navideño” aún no es palpable más allá de contados negocios locales u oficinas.
En algunos sitios del centro histórico aún cuelgan el papel o plástico picado con motivos del Día de Muertos. Aunque en los centros comerciales o supermercados los pinos ya eran parte de la mercancía desde principios de octubre.
En su negocio en la calle Bustamante, Reyna ha puesto ya las series con las notas de “Noche de paz” y algunos pinos artificiales. Pero lo hizo, dice, de manera adelantada, hace casi un mes y como ha acostumbrado en los últimos años. Aunque casi de manera obligada porque este tipo de artículos los ha visto meses antes en las tiendas “grandes”.
Es una competencia y muy grande, por eso tenemos que exhibir ya las series”, cuenta desde Novedades Acuario, un establecimiento de 29 años de existencia y en el que ofrece artículos atemporales o de temporada.
Como ella, Nayeli Díaz también empezó la venta de series navideñas, gorros, diademas y otros productos de la temporada. En ambos casos, las ventas apenas empiezan, cuando en otras ocasiones los últimos días de noviembre ya eran de un repunte.
Para Reyna, noviembre y diciembre de 2020 mostraron un incremento de ventas respecto de 2019. A pesar de la pandemia, la gente llegó para comprar todo lo necesario para decorar sus hogares y aprovechar el tiempo en familia. En 2021, sus ventas disminuyeron, aunque cree que se debió a la crisis económica y porque probablemente hubo quien recicló lo comprado el año anterior.
Ambas esperan que las ventas de este año vuelvan a incrementar, aun cuando observan que la crisis económica ha afectado a las familias oaxaqueñas y de todo el país.
Sin embargo, reconocen que el reto radica también en el aumento de precios de los productos que ofrecen, pues en algunos casos ellas tuvieron que conseguirlos en al menos 20 pesos más por unidad, lo que deriva en un incremento al precio final.
Nosotros tenemos que competir con tiendas grades que ofrecen productos a un precio mucho más bajo, pero que la calidad es igualmente baja. Luchamos contra esas empresas y por eso traemos buenas marcas y de calidad”, apunta Nayeli, quien desde su negocio en la calle Bustamante espera la llegada de clientes y que estos comprueben la calidad de los mismos.