Aunque por decreto presidencial queda prohibida la circulación y comercialización de vapeadores y cigarrillos electrónicos en el país, Oaxaca mantiene su venta en negocios clandestinos y algunas redes sociales como Facebook.
Estos productos que no se encuentran en los centros comerciales o negocios establecidos, sí se comercializan por medio de diferentes páginas web, donde algunas se atreven a mostrar la dirección del sitio de venta o solo el contacto vía celular.
Estos productos tienen diversas presentaciones y algunas pueden invitar a los menores de edad a consumirlos, porque muestran diseños infantiles y con distintos colores, además de sabores a diferentes tipos de frutas.
De acuerdo al sector salud, personal verificador especializado de la Dirección de Regulación Sanitaria inició visitas de inspección desde noviembre del año pasado a diferentes establecimientos que expenden tabaco, sin encontrar ningún vapeador o cigarrillo electrónico.
Sin embargo, el organismo no descartó su venta clandestina en bares y cantinas a pesar de que no se cuenta con autorización sanitaria, ni reconocimiento por parte de la Secretaría de Salud como producto de riesgo reducido o alternativo.
Ante ello, la institución exhortó a la población a evitar adquirir estos dispositivos y denunciar la venta de estos productos, a través de la página de internet de la Cofepris y del micrositio de la Dirección de Regulación y Fomento Sanitario, https://regulacionsanitaria.salud-oaxaca.gob.mx.
La Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), mostró la presencia de acetato de vitamina E en más de 35 muestras de personas fallecidas que consumían dispositivos de vapeo como cigarrillos electrónicos.
Esta sustancia es un producto químico también conocido como acetato de tocoferilo o D-alfa tocoferilo, líquido claro de color amarillo, el cual constituye un riesgo alto para la salud al tratarse de una sustancia tóxica que puede ocasionar enfermedades respiratorias agudas e incluso la muerte.
Los cigarrillos electrónicos (E-cig o vaporizadores) y los productos de tabaco calentados son promovidos como una alternativa para dejar de fumar; sin embargo, su eficacia no ha sido comprobada. En cambio, sus derivados de compuestos carcinógenos, sustancias tóxicas y emisiones en forma de aerosol, no son aptos para su consumo.