México, país de 5 mil 600 fosas clandestinas
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México, país de 5 mil 600 fosas clandestinas

En el sexenio de López Obrador se han localizado 2,864 fosas clandestinas, la mayoría en Veracruz, Colima, Sinaloa, Guerrero y Michoacán


Foto: Félix Márquez // En Colinas de Santa Fe, cerca del puerto de Veracruz, se han hallado más de 150 fosas.
Foto: Félix Márquez // En Colinas de Santa Fe, cerca del puerto de Veracruz, se han hallado más de 150 fosas.
  • Efraín Tzuc / Quinto Elemento Lab en colaboración con EL IMPARCIAL

 

Ningún récord en las estadísticas del terror parece ser imbatible en México. Al aumento en el número de desapariciones, que supera las 111 mil 500 personas, se suma el hallazgo de 5 mil 696 fosas clandestinas en 570 municipios del país, casi una por día desde 2007, cuando se intensificó la guerra contra la delincuencia organizada.

Ha sido en el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador cuando se han disparado las localizaciones de entierros ilegales, incluso durante 2020 y 2021, los años con mayor restricción de movilidad a causa de la pandemia por covid-19. Hasta abril de 2023, el conteo indicaba que 2 mil 864 fosas clandestinas, más de la mitad de las que están registradas, fueron descubiertas en la presente administración.

En el caso de Oaxaca, el recuento reconoce al menos 49 fosas clandestinas de 2007 a la fecha.

Desde 2018 el número de fosas clandestinas se ha incrementado en 88 por ciento. Además, se han registrado hallazgos en 177 municipios más que los reportados en 2016.

Para Yadira González Hernández, que busca a su hermano Juan, desaparecido en 2006 en la comunidad Los Ángeles, en Querétaro, la impunidad ante la tragedia es absoluta. “Como sociedad nos hemos acostumbrado: ya las cifras no nos impactan”, se lamenta la integrante de la Red de Enlaces Nacionales y de la Brigada Nacional de Búsqueda.

La CNB, el organismo de la Secretaría de Gobernación encargado de buscar a las personas desaparecidas en el país, únicamente entregó información sobre las fosas clandestinas, sin incluir el número de cuerpos recuperados en cada una, pese a que este dato le fue proporcionado por las fiscalías estatales.

 

El sexenio en que brotaron las fosas

 

En los primeros cuatro años y medio de este sexenio se descubrieron en promedio 1.8 entierros ilegales cada día. Las 2 mil 864 fosas clandestinas encontradas durante la administración lopezobradorista representan más de la mitad de todas las registradas por la CNB hasta abril de este año, y duplican el número de hallazgos reportados en los doce años previos, bajo los mandatos de Calderón y Enrique Peña Nieto.

El primer año de gobierno de López Obrador fue el punto de quiebre en esta tragedia: 970 fosas fueron descubiertas en 2019, una cifra récord que representó un incremento del 123 por ciento respecto al año inmediato anterior, cuando se localizaron.

Municipios con mayor población llevan más de una década posicionados en esta trágica lista, como Acapulco, Guerrero, que entre 2011 y 2021 se ubicó entre los seis con más entierros ilegales. En 2019 rompió su récord, al registrar 56 fosas. Lo mismo pasó en Ahome, en el norte de Sinaloa, que reportó 67, también en ese año

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Entierros masivos

En este sexenio, los entierros masivos han continuado apareciendo por todo el país. En total, han sido 24 casos en los que se encontraron, en un solo día y en el mismo municipio, diez o más fosas clandestinas. Encabezando la lista está Úrsulo Galván, donde el 4 de julio de 2019, según el registro de la CNB, se descubrieron 72 sitios de enterramiento.

 

Veracruz, arriba de la lista; Yucatán, al final

México no siempre fue un cementerio clandestino. Considerando únicamente los registros en los que la CNB incluyó el año, antes de 2011 el número de fosas apenas rebasaba la centena, pero desde entonces empezaron a reportarse de manera creciente. Tan solo en San Fernando, Tamaulipas, se localizaron 40 fosas en abril de 2011, en las que se encontraron 196 cuerpos; entre las víctimas había migrantes de Guatemala, El Salvador y Honduras.

En los primeros años de Calderón, [el hallazgo] se concentró sobre todo en la zona noreste y en Veracruz, porque los Zetas y el Cártel del Golfo eran muy proclives a enterrar en fosas porque querían discreción. No jalar mucha presencia de las autoridades”, dice Eduardo Guerrero, analista en temas de seguridad y director de la agencia Lantia Intelligence.

A partir de 2011, los hallazgos fueron masivos: la cifra de fosas encontradas cada año es, en promedio, de 398.

En segunda posición, con 554 fosas, está Tamaulipas. Ese estado fronterizo ha tenido picos importantes de este delito, el más grave en 2011, cuando se reportaron 81. El año pasado, la cifra de entierros ilegales disminuyó a diez, la segunda más baja después de 2010, que registró ocho.

Guerrero es el tercer estado con mayor número de fosas: 498. Su peor año fue el 2019, con 99 registradas.

Sinaloa ocupa el cuarto puesto en el ranking nacional, con 484 fosas. Le siguen Chihuahua con 415, Colima con 351, y Zacatecas con 349. Al final de la lista están Yucatán con un único entierro ilegal, uintana Roo con ocho y Campeche con once. Ciudad de México y Querétaro no figuran en el registro de la CNB.

 

Foto: Lucía Flores // Yadira González Hernández durante la Brigada Nacional de Búsqueda en Morelos, realizada en 2022.

 

¿Qué nos dicen las fosas clandestinas?

 

Hay una tipología de estos sitios también conocidos como de exterminio: fosas en donde los cuerpos estaban acomodados en filas; entierros masivos que evidencian un uso “reciclado” de las fosas en distintos momentos; entierros cercanos a lugares semiurbanos y otros lejanos, pero con vías de acceso como carreteras; restos que fueron movidos de un espacio a otro.

Los cuerpos están amontonados o descuartizados, lo que hace difícil saber cuántas personas son. Se encuentran envueltos en bolsas negras, atados de pies y manos con vendas, ropa o cinchos, cubiertos con cal o yeso, disueltos en ácido para borrar cualquier posibilidad de identificación. Las fosas también cuentan parte de la verdad de quienes han sido enterrados en ellas.

Para encontrarlas, las buscadoras han aprendido a leer la maleza y la tierra, a reconocer olores, a identificar qué hay en el entorno que no debería estar ahí. González, de la Red de Enlaces Nacionales, ha recorrido medio país en busca de entierros ilegales. Ninguna fosa es igual, asegura.

En las carpetas de investigación sobre hallazgos de fosas no hay más que una criminalística de campo insuficiente y “de mala calidad”, es decir, el registro de qué se encontró, en qué condiciones y el lugar exacto.

Tampoco existen registros digitalizados que puedan ser consultados tanto por las familias buscadoras como por los agentes del ministerio público a cargo de investigar las desapariciones.

 



 

Buscadoras bajo asedio

 

Buscar personas desaparecidas se ha vuelto una actividad de riesgo en México. Cada vez con mayor frecuencia, integrantes de los colectivos sufren intimidaciones y agresiones que ponen su vida en peligro cuando salen a cerros y parajes de difícil acceso.

Para Yadira González Hernández la política de austeridad también ha puesto en riesgo a las buscadoras. En el gobierno de López Obrador han disminuido los agentes que las resguardan cuando salen a campo, y el grupo de la extinta Policía Federal que había sido preparado en el sexenio anterior para acompañarlas prácticamente ha sido desintegrado.

Además de los riesgos físicos, las buscadoras sufren impactos emocionales ocasionados por el rastreo de fosas, pero saben que si ellas no salen a buscar a los suyos, las autoridades tampoco lo harán.

¿Cómo es posible que vayas a una fosa y veas cuerpos y restos en estado de descomposición? ¿Cómo aguantan?”, le han preguntado en varias ocasiones a Sepúlveda. Ella cree que el amor les hace soportar todo eso.

 



 

La “desaparición” de fosas

 

Desde 2021 se evidenció que en los informes –sin bases de datos– presentados por la ex comisionada nacional de búsqueda Karla Quintana habían “desaparecido” fosas clandestinas.

En un documento presentado por la exfuncionaria en mayo de 2019, en Guanajuato se registraba una fosa clandestina, pero en el reporte siguiente, fechado el 24 de junio de ese mismo año, el estado aparecía con cero fosas. Lo mismo ocurrió con los datos de Tabasco; de un informe al siguiente se descontaron diez fosas. En una tercera presentación, del 30 de agosto de 2019, Tamaulipas registró once fosas, dos menos que en la anterior, del 24 de junio.

Otros estados en los que “desaparecieron” entierros ilegales de un reporte a otro fueron Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Oaxaca y Puebla. En total, la CNB dejó de contar 77 fosas en sus informes entre 2019 y 2021.

Además, no está claro qué ocurrió con las 293 fosas de las que, según la CNB, le informó la Fiscalía General de la República (FGR) en una reunión con senadores y senadoras el 7 de octubre de 2021. En las bases de datos entregadas por la comisión vía petición de información pública no existe ningún entierro ilegal reportado por la FGR. Sin embargo, consignan 293 fosas clandestinas en las que se indicó que el estado en que ocurrió el hallazgo era desconocido.

¿Cuántas fosas quedan por encontrar? ¿Cuántos cuerpos faltan por recuperar? ¿Cuándo se les regresarán sus nombres y serán devueltos a las familias que los siguen buscando?

 

Foto: Lucía Flores // Madres buscadoras de Sonora en el predio de Morelos donde, el pasado diciembre, se escucharon balazos mientras excavaban una fosa clandestina.

 

  • Marcos Vizcarra contribuyó en este reportaje.
  • Diseño y desarrollo del mapa interactivo: David Eads.
  • Verificación de datos: Andrés de la Peña.

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