Lupita Borges: con Cruz Roja y el voluntariado en el corazón
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Lupita Borges: con Cruz Roja y el voluntariado en el corazón

El radiotón de California para damnificados del Paulina, hito en la asistencia social; se construyeron 165 viviendas


Foto: Rubén Morales / Lupita Borges, siempre pendiente de las necesidades de la Cruz Roja en Oaxaca.
Foto: Rubén Morales / Lupita Borges, siempre pendiente de las necesidades de la Cruz Roja en Oaxaca.

Cuando recuerda sus inicios en la Cruz Roja Mexicana, delegación Oaxaca, Guadalupe Borges no puede evitar un mayor brillo en sus ojos que reviven la emoción de cada momento.

De voz tenue y cordial, la puntualidad y hospitalidad de quien nació en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas y llegó a Oaxaca cuando cursaba sus estudios de primaria en 1956, indican la personalidad de la mujer que ingresó a esta noble institución desde hace cuatro décadas, con la oportunidad de dirigirla por 16 años.

Aura Guadalupe Borges Yazegey pasó sus primeros seis años de vida en la Hacienda San Antonio Pueblo Viejo y después llega a la Ciudad de Villa Flores al cuidado de su abuela materna Enriqueta Coutiño Corzo, donde estudió en la escuela Justo Sierra hasta el tercer grado de primaria, porque sus padres decidieron enviarla a Oaxaca para continuar sus estudios en el Colegio Científico de Antequera, mejor conocido como El Verbo.

Siempre interna con las madres, Borges Yazegey estudió y concluyó la carrera de Contadora Privada y Secretariado, para obtener su primer trabajo en el área contable de la Financiera de Oaxaca ubicada en la calle 5 de Mayo.

Fue durante ese tiempo, cuando su madre Salma Yazegey y su padre Manuel de Jesús Borges, decidieron residir en Oaxaca junto con ella y su hermana Marilú.

Recuerda Aura Guadalupe que al poco tiempo de ingresar a la Financiera fue asignada como auxiliar del responsable del departamento contable, por sus conocimientos y la responsabilidad que la distinguieron desde muy joven.

También llevaba la contabilidad de la boutique de su familia hasta el día en que se casó el 6 de julio de 1968 en la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán. Un año después nació su primogénito Antonio Eugenio y luego de tres años, Romeo de Jesús.

 

Foto: Archivo El Imparcial / En marzo de 2006, Lupita Borges asumió la delegación estatal de la Cruz Roja.

 

“Una sensación nunca antes vivida”

 

En 1983, cuando fue invitaba a participar en la primera colecta de la Cruz Roja Mexicana en las faldas del Cerro del Fortín, Aura Guadalupe no se imaginaba que en ese primer acercamiento, cuando acudió con una alcancía en apoyo a la institución, se convertiría un gran momento en su vida.

Recuerdo muy bien; no había una sola calle trazada ni pavimentada. Todo eran vereditas y muchas casitas pequeñas donde había señoras haciendo tortillas o dedicadas al quehacer del hogar. Fue una sensación nunca antes vivida”, expresa con emoción, al recordar la generosidad y el desprendimiento de las personas de escasos recursos en apoyo a la Cruz Roja.

La inquietud de por qué la institución llegaba al corazón de las personas generó que ella se acercara aún más, empezando así en la promoción y captación de donadores para el recién fundado Banco de Sangre de la Cruz Roja, por el cual acudía todos los sábados a la Alameda de León.

Después de su primer trabajo en la noble y humanitaria institución, Aura Guadalupe es invitada para formar parte del Comité de damas voluntarias y promover la captación de recursos en la compra de insumos que se necesitaban.

Fue así cuando ya en el Comité empieza a organizar los “té canasta” para recaudar más fondos y después es nombrada coordinadora de eventos, cuando revivió el “Baile blanco y negro” que resultó todo un éxito por muchos años más.

Mujer activa y siempre con propuestas, Aura organizó también la primera subasta de obras de arte que se llevaba a cabo entre el primer y segundo Lunes del Cerro, con la participación de grandes artistas plásticos.

El movimiento social de 2006 en Oaxaca obligó a la institución a suspender la subasta que ya se realizaba cada año y que fue retomada tiempo después, hasta que la sede donde ésta se llevaba a cabo ya no podía ser utilizada.

 

“En 1983 fui invitada a participar en la primera colecta de la Cruz Roja Mexicana en las faldas del Cerro del Fortín; acudí con una alcancía en apoyo a la institución”: Aura Guadalupe Borges Yazegey

 

Asume la delegación

 

Luego de varias funciones en la Cruz Roja y después de ser coordinadora de Damas voluntarias, es nombrada presidenta de la delegación Oaxaca y poco tiempo después asumió el cargo de delegada, aunque en un primer momento había declinado la invitación por representantes de la Ciudad de México.

Fue hasta el 22 de marzo de 2006 cuando Aura Guadalupe asume la delegación estatal, donde acudía todos los días y buscaba siempre estar al pendiente de las diferentes áreas, así como del resto de delegaciones en el estado.

Durante su gestión logró la apertura de dos delegaciones más en Oaxaca (la de Miahuatlán y Pinotepa) que se sumaron a las ocho que ya operaban en la entidad. Después gestionó más espacios para el área de capacitación y cursos, con apoyo siempre de grandes personas que siguen como benefactores.

Mientras estuvo en la Cruz Roja, cuenta que uno de los momentos más inolvidables ocurrió cuando la delegación requería donativos por los desastres que ocasionó el huracán Paulina, cuando ella era presidenta.

En la Ciudad de Sacramento, California, la radiodifusora Radio Z hizo un radiotón a beneficio de Oaxaca y todos nuestros paisanos nos mandaron cheques; vinieron los representantes y nos entregaron un maletín con los donativos que recibí”, señala con emoción.

 

Foto: Archivo El Imparcial / Con las damas voluntarias de la Cruz Roja.
Foto: Archivo El Imparcial / Con las damas voluntarias de la Cruz Roja.

 

Conmovida por aquel recuerdo, con precisión señala que el donativo hacía un total de 287 mil 500 dólares que fueron depositados inmediatamente a la cuenta de la Cruz Roja, para ser utilizado en la construcción de 165 casas para damnificados que a la fecha siguen en pie y funcionando.

Se construyeron 165 casas con esos 287 mil 500 dólares. Fue y sigue siendo un ejemplo y que no se ha vuelto a hacer”, destaca la mujer que asegura guardar el maletín como un gran recuerdo.

Aunque pensó en dejar la delegación en 2018, no por falta de deseos ni porque estuviera cansada, sino porque pensó en su edad y que era el momento de dejar al frente a personas más jóvenes, Aura continuó con su labor por otros años más, hasta que en octubre de 2021 mandó una carta de renuncia y el 14 de junio de 2022 hizo entrega de la delegación donde ahora sigue como voluntaria.

La mujer que reconoce que no podrá quitarse el chaleco de la Cruz Roja tan fácil, recuerda con cariño los momentos al frente de la institución, siempre con apoyo y comprensión de su familia.


aa

 

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