“Si Dios quiere algún día voy a regresar a mi país”: venezolano
Traen una maleta, sus cosas y toda una vida en las espaldas
Desde las primeras horas del día, con sus maletas en la espalda, algunos padres y madres de familia también cargan consigo a sus hijas e hijos, todos migrantes provenientes de América Central y teniendo como destino la Unión Americana.
Pasan frente a los restaurantes que se encuentran en el Zócalo de la ciudad de Oaxaca, pero pareciera que nadie los ve, mientras los meseros y empleados se enfocan en los extranjeros que llegan desde los Estados Unidos y de otros países que les representa que llegan a visitar la Verde Antequera.
“Papá ya no puedo caminar, me duelen mis piernas, ya no aguanto”, son los gritos de los pequeñines que han caminado miles de kilómetros hasta llegar a la ciudad capital donde descansan por horas, días o noches para después continuar su camino.
Entre los migrantes venezolanos que pasaron durante los primeros días de junio, se encuentra Jesús Burtón, quien lleva caminando y recorriendo América Central y el sur de México desde el pasado 29 de abril.
“Aún recuerdo cuando salí de mi casa, dejé a mis padres, a mis hermanos y a mi esposa, fue una decisión muy difícil, pero si nos quedamos todos allá la situación va a empeorar porque cada día es más complicado todo, no hay trabajo, no hay dinero, Venezuela está sumido en una tremenda crisis económica y política”.
Mientras expone que su travesía ha sido un camino difícil cruzando montañas, ríos, carreteras y grandes ciudades, muchos de sus paisanos no detienen sus pasos y continúan avanzado hacia la Carretera Federal 190 para seguir con ruta al centro del país.
“En mi caso tengo que detenerme en cada ciudad a pedir dinero porque me robaron mis cosas, me quitaron todo lo que traía y así no nos dan visas humanitarias, por eso tenemos que caminar para llegar a los Estados Unidos, no sé cuánto me falta, pero sé que llegaré porque ese es mi propósito”, expone Jesús.
Dijo que, de lograr el sueño americano, sus intenciones es que sus familiares lo puedan alcanzar para mejorar sus condiciones de vida y “si Dios quiere algún día voy a regresar a mi país”, destacó.
