Tiran aguas negras a ríos; gobiernos locales se niegan a sanear
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Oaxaca

Tiran aguas negras a ríos; gobiernos locales se niegan a sanear

Ni Sapao o Conagua informan sobre permisos a empresas para verter aguas residuales a las afluentes


Tiran aguas negras a ríos; gobiernos locales se niegan a sanear | El Imparcial de Oaxaca

Para activistas a favor del medio ambiente no hay una regulación adecuada de operadores de pipas de aguas residuales, por lo que es común observarlos vertiendo desechos sobre el bordo del río Salado o Atoyac.

En opinión del Colectivo de Organizaciones Ambientalistas de Oaxaca (COAO), la problemática persiste pero también por la omisión de las autoridades federales, estatales y municipales.

“Vemos que la ausencia de saneamiento a los ríos es grave y eso provoca un gran impacto  al medio ambiente y sobre todo a la salud de las personas que habitan en las cercanías de los afluentes como son el Salado y Atoyac”, afirma Nazario García.

Expone que las descargas de las  aguas residuales son efectuadas a cualquier y no hay transparencia por parte de las autoridades como Sapao y Conagua para saber cómo los están regulando, dado que presentan altas concentraciones de contaminantes.

Es común observar pipas con aguas de desecho conectados a las bases de descarga ubicadas sobre el bordo del río Salado atrás de las plazas comerciales, pero nadie vigila y mucho menos hace algo por impedirlo.

Incluso recuerda anteriores ocasiones en donde ha surcado las aguas del río Atoyac para exponer y visibilizar la alta contaminación del afluente, pero no ha encontrado eco en los responsables de atender la problemática. 

“No hay censo de quienes prestan el servicio, ni tampoco cual es la prestación que se ofrece para beneficio del medio ambiente, solo los funcionarios saben a qué acuerdos han llegado”, anota. 

Admite que las zonas más contaminadas de los ríos se presentan en las partes urbanas porque son ahí en donde hay mayor número de descargas de aguas negras, debido a que no son tratadas.

Lamentablemente las aguas residuales generadas en la capital y los municipios conurbados son mayormente desechadas a los ríos, sin previo tratamiento lo que genera una alta contaminación, explica.

“Podemos decir y sin temor a equivocarnos porque se ve a la vista que las aguas que corren y atraviesan las ciudades, no están libres de contaminantes y tampoco podemos pronosticar el tiempo para su saneamiento, porque tampoco se ha empezado”, sostiene.

Hogares y rastros, tiran desechos al Atoyac

Luego de denunciar que en los municipios de Valles Centrales por donde pasa el río Atoyac hay 300 puntos de descarga de desechos al afluente, el Colectivo de Organizaciones Ambientalistas de Oaxaca (COAO) señala que la mayor parte de los residuos que terminan como “aguas negras” surge de los hogares, así como de los rastros o de negocios. 

“Partimos de un punto, que en Oaxaca no hay muchas fábricas; lo que sí hay son muchos rastros domésticos o de granja en el hogar. Es menos industria y más residuos de comercios, de talleres mecánicos, que es muy peligroso que se tiren aceites a los drenajes porque se generan gases. La mayoría (de residuos) son del hogar”, explica Gerardo Aldeco Pinelo, presidente del COAO.

El activista, que junto a otros presentó recientemente el performance “Festín de la inmundicia”, recordó que son alrededor de 300 los puntos de descarga de aguas residuales que contaminan al Atoyac, uno de los mayores ríos del estado. 

Aunque gran parte de las descargas provienen de la actividad en el hogar o de comercios y otros negocios, Aldeco apuntó que el afluente y otros son afectados por desechos de hospitales, como sucede con las descargas del hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social hacia el río San Felipe, en la ciudad de Oaxaca.

Fue en diciembre cuando el ayuntamiento de Oaxaca de Juárez y otros 27 de Valles Centrales fueron contemplados en la recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) para el rescate de los ríos Atoyac y Salado, al pasar estos por sus territorios. Además de ellos, tendrán que participar diversas dependencias gubernamentales del estado y del país.

Sin embargo, a decir de Aldeco Pinelo, no todos contaminan o al menos no se les menciona explícitamente en el informe de la CNDH sobre descargas al río.

Demoran para el rescate de los ríos 

Aunque fue en mayo de 2019 cuando la asociación Litigio Estratégico Indígena ganó el amparo para la protección y rescate de los dos afluentes más importantes de Oaxaca, los trabajos de planeación no han sido concluidos, según contó en una entrevista pasada Carlos Morales, presidente de la asociación. 

Según lo externado por el abogado, la planeación para el rescate se ha demorado por la epidemia de Covid-19, por lo que espera que las autoridades involucradas en su desarrollo la tengan para el año 2022. Y solo después de eso se podrá iniciar el rescate de los ríos, una labor para la que estima necesarios unos siete años.

Advierten de mal manejo de residuos

En tanto se inicia el rescate de los ríos, las autoridades estatales y federales  informaron la semana pasada sobre una inversión de más de 31.5 millones de pesos para dos colectores sanitarios en la zona metropolitana del estado. Esto mediante la coordinación de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado de Oaxaca (SAPAO).

Según dijo la directora general de los SAPAO, Laura Vignon Carreño, “estos trabajos de rehabilitación serán parte fundamental en el saneamiento del río Atoyac”.

Sin embargo, Gerardo Aldeco Pinelo cuestiona estas labores, pues “lo que están haciendo es que sellan unas descargas y más adelante continúa el colector. El problema es que esas aguas o residuos los quieren trasladar hacia El Tequio, donde está la planta (de tratamiento) que no sirve o no está funcionando como debería”.

Para Aldeco, esto es muestra de cómo diversas administraciones estatales tienen un mal concepto sobre el saneamiento de los afluentes, pues los residuos terminan mezclados y no pueden ser tratados en las plantas. Además de que en el estado este tipo de construcciones están, mayormente, abandonadas, inservibles o simplemente no operan.


aa

 

Relacionadas: