Oaxaqueño en coma tras ser atacado por un desamparado
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Oaxaqueño en coma tras ser atacado por un desamparado

Atacan a oaxaqueño en Los Ángeles, California


Oaxaqueño en coma tras ser atacado por un desamparado | El Imparcial de Oaxaca

LOS ÁNGELES CALIFORNIA- El oaxaqueño Nicolás Arrazola regresaba a su negocio en la ciudad de Inglewood, al suroeste del condado de Los Ángeles, como a las 1:30 de la tarde, cuando una persona sin hogar que apareció corriendo, inesperadamente lo golpeó y lo hizo caer al suelo, tras golpearse la cabeza con la pared.

Desde el lunes 7 de marzo cuando ocurrió la tragedia, Nicolás se encuentra en el hospital en estado de coma.

Su familia hace un llamado a la comunidad para que la apoyen con donativos para hacer frente a los gastos hospitalarios.

Nicolás tiene 59 años. Él y su esposa Emma Arrazola son originarios de Oaxaca, México. Desde hace 25 años establecieron Emmas Snack Show, su propio negocio tipo Deli, atendido por ellos mismos en Inglewood.

Emma y Nicolás son padres de tres hijas adultas.

Es Anabel, la hija mayor, quien cuenta cómo sucedieron los hechos que han puesto a la familia al borde de un ataque de nervios.
“Mi papá venía de la casa. Había ido a comer el lonche. Se estacionó en la parte de atrás del negocio, en el callejón. Empezó a caminar con un tostador sobre el hombro que acababa de arreglar y llevaba de regreso”.

Pero su padre no se dio cuenta que venía un hombre corriendo con un cuchillo, y sin más ni más, le dio un golpe en el ojo.
“Mi papá cayó hacia atrás. Se pegó la cabeza en la pared y terminó en el suelo. Cuando mi mamá salió, empezó a gritar. El atacante estuvo a punto de que lo atropellaran cuando huía del lugar”.
Anabel dice que aunque la policía lo detuvo y se encuentra tras las rejas, la detective que habló con él, les hizo saber que el agresor no habla con coherencia y no sabe decir por qué atacó a su padre.

“Desde el 7 de marzo mi papá ha estado en cuidados intensivos, en estado de coma. No despierta. Cuando mi mamá lo encontró tirado, tenía la cabeza abierta y sangrando, pero estaba consciente”.

Platica que los médicos les han dicho que espera que su padre salga del coma y se pueda recuperar porque aún es joven y fuerte, pero no saben cuándo y si se va a quedar con secuelas.

“Va a tomar mucho tiempo su recuperación, pero tenemos fe en que va a salir de ésta”.

Nicolás sufrió un ataque cerebral menor en el lado derecho del cerebro y los doctores lo mantienen medicado y monitorean los niveles de oxigenación de su cerebro y la presión intracraneal.

La hija mayor dice que ha sido muy duro ver a su padre en esas condiciones.

“Ninguna de las tres hijas vivimos en Los Ángeles. Yo vivo en San José, mi hermana de 29 años y la de 24 en Arizona. Desde que nos enteramos, viajamos a Los Ángeles y hemos tratado de ayudar a mi mamá”.

Dice que su mamá casi no puede dormir y está muy preocupada.

“Ellos se conocieron aquí en Los Ángeles. Hacen todo juntos, trabajan y caminan juntos todos los días”

Y comenta que se atrevieron a pedir ayuda a la comunidad para pagar las cuentas médicas y la rehabilitación porque han trabajado para servir a la comunidad de Inglewood por más de 25 años.

“No tenemos idea de a cuánto ascenderán los costos del cuidado médico. De momento, él estaba fuera de una red de seguros”.

Ojalá – dice – los puedan apoyar.

“Cualquier ayuda que nos den es buena para estos gastos que no esperábamos. También les pedimos que recen por mi papá. No creemos que haya habido un motivo para agredirlo. Lo que pasó es que nuestro padre estuvo en el lugar equivocado en el momento equivocado”.

Esperan el respaldo de la comunidad porque siempre han sentido su cariño y amabilidad.

“Mi mamá y mis hermanas estamos tomando turnos para cuidar a nuestro padre. Le hemos hecho saber lo mucho que lo amamos y lo que es querido por todos. Creemos que él nos escucha y que estamos con él”.

Los ataques en Los Ángeles por parte de personas sin hogar que sufren enfermedades mentales contra personas inocentes que tuvieron la mala suerte de encontrarlos en su camino han aumentado en los últimos meses.

El 10 de marzo, William Yu fue atacado por una persona sin hogar en las calles Broadway Alpine del barrio Chinatown de Los Ángeles.

El indigente le asestó 10 puñaladas en el cuello y en el hombro. Fue arrestado luego de que los espectadores llamaron a la policía

El 13 de enero, una persona sin hogar, mató a una enfermera del Centro Médico del condado de Los Ángeles y de la Universidad del Sur de California en una céntrica parada de autobús.

Sandra Shells de 70 años esperaba el camión cerca de Union Station, por las calles César Chávez y Vignes para ir a su trabajo, cuando un hombre sin hogar la atacó y al caer al suelo, se golpeó la cabeza.

Shells, quien tenía una carrera de 30 años como enfermera, murió en el hospital.

La Policía arrestó a Kerry Bell de 48 años cerca del lugar de la agresión, y fue acusado de asesinato.

El 13 de enero, Briana Kupfer, estudiante de maestría de la Universidad de California en Los Ángeles fue atacada por un desamparado cuando trabajaba en una mueblería al norte de la avenida La Brea.

Una semana después, tras una intensa búsqueda, Shawn Laval Smith de 31 años, fue arrestado y acusado de apuñalar fatalmente a Kupfer de 24 años.

En una entrevista en enero, Heidi Marston, directora ejecutiva de la Autoridad de Servicios para Personas sin Hogar de Los Ángeles (LAHSA), calificó los asesinatos como tragedias. Pero dijo que es importante no culpar a toda la comunidad de personas sin hogar por la violencia o confundir la epidemia de desamparo con los ataques.

“No va a traer justicia a las víctimas de estos crímenes”, dijo. Araceli Martínez


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