Al margen de la Ley Federal de Uso de Armas de Fuego y Explosivos, la venta clandestina de pirotecnia persiste en la ciudad de Oaxaca y en otras partes del estado. Los daños por estas infracciones son palpables cada año, especialmente en septiembre y diciembre, según datos de la Coordinación Estatal de Protección Civil de Oaxaca (CEPCO).
Y aunque esta semana se informó de un operativo que terminó con el decomiso de pirotecnia en inmediaciones de la Central, la venta de estos productos se puede observar en calles céntricas de la capital.
En vías aledañas al Mercado 20 de Noviembre hay puestos ambulantes en donde lo mismo se venden luces de bengala que cohetes o “palomas”, sin señalar si se cuenta o no con algún permiso. En el país, plataformas comerciales también ofrecen estos productos, sin especificar autorización para ello.
Aunque el reglamento para el Control de Actividades en la Vía Pública (1999) no lo especifica, solo existe una prohibición cercana al tema de la pirotecnia. En el artículo 27 se señala que los comerciantes tienen prohibido “almacenar materiales flamables, explosivos, contaminantes y los que pudieran representar peligro para las personas o bienes”.
En el proyecto de actualización del documento, presentado por el regidor Luis Arturo Ávalos Díaz Covarrubias, tampoco se refiere a la venta de productos de pirotecnia, ni en las prohibiciones ni en el reformado artículo 32.
Pero la autoridad municipal no tiene la facultad para permitir la venta de pirotecnia si el comerciante carece del permiso respectivo, el cual expide la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), apunta César Narváez Aquino, jefe de la Unidad del Grupo de Respuesta Inmediata de la CEPCO.
El hecho de que se venda pirotecnia de manera clandestina ya implica un delito de materia federal, estipulado en la Ley Federal de Uso de Armas de Fuego y Explosivos, refiere Narváez Aquino.
De ahí que la regulación sea responsabilidad de la Sedena, “pero esto muchas veces no ocurre”, reconoce, al tiempo de señalar que las autoridades municipales y estatales, así como sociedad tienen una responsabilidad compartida en cuanto al manejo de pirotecnia.
Menores de edad, los más afectados
Cada año, el manejo inadecuado de pirotecnia trae consecuencias lamentables, sobre todo en menores de edad. “Lo que pudiera ser para mucha gente una Navidad alegre puede convertirse en una amarga por el mal uso de la pirotecnia”, advierte Narváez, quien ahonda que entre los riesgos están las quemaduras de segundo y tercer grado, la pérdida de alguna extremidad o incluso la vida.
De enero de 2010 a diciembre de 2019, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) registra 348 “accidentes con artificios y material pirotécnico en el país”. Tanto el Cenapred como la Sedena detallan que el manejo inadecuado de estos productos genera varios riegos, y que el grupo más afectado son los niños de 5 a 14 años de edad.
Frente a esta situación, llama a vendedores a apegarse a la legislación. Y a la sociedad, pidió hacer una compra y uso responsable, lo que implica no adquirir productos de manufactura china o de dudosa procedencia.
