Al menos cuatro calles del centro histórico de la ciudad de Oaxaca son verdaderos cuellos de botella, toda vez que la doble fila permanente es uno de los factores que complica la libre circulación.
Unos de los puntos más complicados para circular durante la mañana y medio día es la zona aledaña al Zócalo y la Alameda de León, debido a que Armenta y López así como Guerrero son estacionamientos de automóviles y camionetas de funcionarios.
Y es que desde temprana hora, los servidores públicos descienden de las unidades de motor sobre la calle de Armenta y López y los conductores que los acompañan únicamente se dan la vuelta a la manzana y los esperan quedándose en doble fila.
Lo anterior a pesar de que a unas dos cuadras hay varios estacionamientos, no obstante han recibido la instrucción supuestamente de no ingresar a esos negocios, pues sería bajo su propio gasto.
Les cuesta trabajo pagar 100 pesos por meter la camioneta o el carro, porque aquí (en la calle) nos quedamos de una a dos horas para esperarlos y alcanzarlos y no caminen tanto”, sonrie en tono sarcástico el conductor oficial.
Desde su punto de vista es una acción ilegal, pero los funcionarios no dejan dinero para meter los vehículos a los estacionamientos y tampoco quieren caminar más de una cuadra a su salida de las reuniones en Palacio de Gobierno.
En consecuencia, casi toda la mañana y mediodía se vive un intenso tráfico por dobles filas en calles como Armenta y López, 5 de Mayo y Colón, dado que es la zona aledaña al centro de gobierno.
Otra vialidad complicada también es la calle de Fiallo, en la cual los conductores se niegan a avanzar, debido a que 12: 30 esperan a que sus hijos salgan de las escuelas de la zona y eso es un verdadero cuello de botella.
Aquí no hay elementos viales, pues los conductores pueden tardar hasta media hora en dejar la doble fila o si pasan en motocicleta simplemente los ignoran.
El caos vial se agrava en Independencia dada la reducción de un carril por la ciclovía, lo que ha generado en varios momentos la resistencia de los automovilistas, dado que en algunos casos no la utilizan los ciclistas.
Para las calles de Abasolo, García Vigil y Morelos el tráfico también es intenso, en parte, porque la ciclovía se alenta un tanto el tráfico en horarios de entrada y salida de alumnos, así como usuarios de instituciones bancarias.