Con el argumento de fomentar una economía con los que menos tienen, concejales de Morena han autorizado fast track permisos para la instalación de ferias y puestos de comida en el primer y segundo cuadro de la capital.
La misma situación se ha repetido en cada fecha religiosa importante en la ciudad de Oaxaca, en donde los regidores han autorizado la colocación de verbenas populares, incluidos puestos ambulantes.
Recientemente se observó que con la festividad de la Virgen del Carmen no solamente llegaron a la zona de García Vigil expendedoras de comida, sino también arribaron comerciantes de “novedades”.
El mismo tenor tomaron los permisos que autorizaron la denominada “Feria de los Antojos” impulsada por la Secretaría de Turismo del gobierno estatal, misma que fue ampliamente cuestionada por los ambientalistas.
Los defensores del medio ambiente argumentaron los constantes daños causados al poco arbolado que queda en dicho espacio ocupado por familias y niños para el disfrute de actividades recreativas.
Sin embargo ante la falta de podas y mantenimiento preventivo, los árboles han ido en constante deterioro, aunado a que las vendimias de años anteriores y el derrame de aceites calientes, dañados severamente las raíces de los ejemplares.
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No obstante, dichos argumentos no alcanzaron para que los regidores capitalinos se resistieran a negar los permisos temporales para la colocación de una veintena de casetas de madera en los alrededores de El Llano.
Y apenas una nueva feria se colocó en las calles aledañas a la iglesia de los 7 Príncipes, en donde aunque no han llegado vendedores informales, si se colocaron comerciantes de comida.
A decir de los vecinos, el ruido ya no es tan exagerado como antes dado que la fiesta duraba dos semanas, en donde había que soportar desde la venta de alcohol en los puestos hasta desmanes en la madrugada.
Angelita, vecina de la calle González Ortega esquina Rayón recuerda la instalación de decenas de juegos mecánicos que no solo le daban vida al barrio sino también obstruían toda la vialidad.
No había por donde entrar o salir con el automóvil, pero al quejarnos desde hace varios años ya no nos encierran, esperemos que pase pronto la fiesta de la virgen y volvamos a la tranquilidad”, relata la mujer de unos 63 años.
