Cansados de vivir bajo aguas pestilentes cada temporada de lluvias y hartos de la indiferencia oficial, vecinos de la colonia San Marcial, ubicada en San Blas Atempa, en el Istmo de Tehuantepec, hicieron pública una grave denuncia a través de un comunicado dirigido a autoridades estatales y federales, así como a la opinión pública.
LA DENUNCIA PÚBLICA
El problema, aseguran, lleva más de cuatro años sin atención. Se trata de inundaciones que no solo afectan la vialidad, sino que se mezclan con aguas negras del drenaje sanitario, lo que genera un foco de infección persistente y riesgoso para toda la comunidad.
“Durante las lluvias, nuestra calle se inunda a lo largo, provocando que las aguas pluviales se mezclen con aguas negras”, explican en el comunicado. “Aunque no ha entrado a las viviendas, el agua permanece por días, generando malos olores, contaminación y un ambiente insalubre”.
EL RIESGO LATENTE
Los colonos destacan que la situación se agrava con la proliferación de mosquitos, vectores de enfermedades como dengue, zika y chikungunya, lo cual representa un alto riesgo especialmente para niños, personas adultas mayores y sectores vulnerables.
Más grave aún, denuncian que el Ayuntamiento de San Blas Atempa, encabezado por Adalberto Velásquez López, ha ignorado sistemáticamente sus peticiones. “Hemos acudido infinidad de veces al palacio municipal, hasta la cuenta ya perdimos (…) Nos han pedido fotos, que salgamos hasta adentro del agua… y ni así. Ya estamos cansados de falsas promesas. Que ya hagan algo…”, expresan en su reclamo colectivo.
EXIGEN INTERVENCIÓN URGENTE
Frente a esta situación crítica, el Comité de Vecinos exige la intervención urgente de autoridades estatales como la Coordinación Estatal de Protección Civil (CEPCO), los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) y la Comisión Estatal del Agua (CEA), así como de instancias federales como SEMARNAT y PROFEPA, dada la dimensión ambiental y sanitaria del problema.
Además, pidieron el respaldo de los medios de comunicación y la sociedad civil para visibilizar su denuncia.
“No pedimos regalos, pedimos justicia y atención digna”, recalcan en un mensaje que mezcla desesperación con firmeza.
La exigencia es clara: un estudio técnico y una solución estructural definitiva, como la implementación de un sistema de drenaje pluvial, que termine con años de abandono.
Mientras tanto, la comunidad sigue esperando… con el agua hasta los tobillos y la paciencia agotada.