La Rama de Unión Hidalgo, vuelve la alegría a las casas caídas
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La Rama de Unión Hidalgo, vuelve la alegría a las casas caídas

Niños de la comunidad reviven las sonrisas de pobladores y se “acuerdan”, entre canto y canto, del 7 de septiembre


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“Ya llegó la Rama, quítense el sombrero, porque en esta casa vive un caballero. Vive un caballero, vive un general, pidiendo permiso para comenzar. Naranjas y limas, limas y limones, más linda es la Virgen que todas las flores”, así rezan las coplas de una de las tradiciones más arraigadas en el sureste mexicano, una expresión producto de la mezcla de cultos indígenas y de la costumbre colombina que dominó al país por 300 años. Los antecedentes de esta fiesta podrían remontarse a la antigua Inglaterra medieval.

Las noches decembrinas en los estados del sureste de México, principalmente Campeche, Veracruz y Oaxaca en la zona del Istmo de Tehuantepec están armonizadas por un canto especial, generalmente, en voz de niños que alegremente van de casa en casa a pedir una aportación, ya sea económica o de comida (si es fruta o dulces, mejor); a esa tradición, de la cual se desconoce su origen, pero se tiene conocimiento que se realiza desde principios del siglo XX, se le llama La Rama.

La Rama se canta del 16 al 31 de diciembre, simulando los nueve días que la Virgen María pide posada para dar a luz a Jesucristo y en el caso del “portalito” tiene que ver con una de las grandes tradiciones españoles en Navidad, que es el montar un portal de Belén en casa, representando mediante figuras la escena del nacimiento de Jesús de Nazaret hace más de 2 mil años. 

Esta tradición está arraigada en los municipios del Istmo de Tehuantepec y en el caso específico de Unión Hidalgo los integrantes del taller de arte Picasso para niños, que desde hace ya 10 años se lleva a cabo en esta población gracias al entusiasmo de Pedro Hernández Antonio, un joven que ha desarrollado diversas actividades para rescatar las costumbres del Istmo, además de enseñar las artes plásticas a los niños y motivarlos a valorar sus raíces.

“Para este último mes del año optamos por llevar a cabo la tradicional Rama que, dicho sea de paso, es una tradición que ya está agonizando, por tal motivo nos dimos a la tarea de investigar con los abuelos especialmente los requisitos para dar comienzo con esta festividad, tradición que marca el inicio de las fiestas decembrinas, la cual nos indica que comienza el día 16 de diciembre, pero con el objetivo de contagiar a otros niños a mantener viva esta tradición comenzamos una semana antes, justamente el día 11 de diciembre”, indicó Pedro Hernández.

 

Los talleres

El taller de arte Picasso para niños lleva ya 10 años de dar cobijo a muchos niños de Unión Hidalgo, que van de los 5 a 12 años de edad, en donde se les inculca el amor por las artes, la naturaleza, el cuidado del medio ambiente y el fomento a la lectura, dentro de las actividades que se han realizado se encuentran el festival de las historietas titulado Héroes de la Lectura, el teatrino infantil El Huipilito, la orquesta musical con instrumentos totalmente elaborados con material reciclable; la Orquesta Naturaleza y el proyecto para acercar a los niños desde su segunda casa a las artes con el proyecto denominado AcercArte.

Ante el desastre que causó el terremoto de magnitud 8.2 que azotó al Istmo el pasado 7 de septiembre se implementaron los talleres itinerantes por los diversos barrios y colonias de RanchuGubiña (Unión Hidalgo) con actividades artísticas y de lectura con los niños de los albergues y de esta forma, en noviembre los niños colocaron un altar tradicional del Día de Muertos, donde cada uno de los integrantes trajo pan, fruta y dulces para llevar a cabo la ofrenda y para este mes de diciembre decidieron investigar sobre las tradiciones que se celebran en el Istmo.

 

Las tradiciones

“De los datos destacables que nos proporcionaron los ancianos del pueblo es que al compás de los villancicos y coplas que se cantan en los recorridos de la Rama los niños llevaban consigo algunos objetos que producían sonidos para alegrar aún más el ambiente, por lo que retomando estos fuimos en busca del árbol del framboyán el cual produce unas vainas que al secarse por dentro sueltan unas semillas y emiten un sonido, con lo que se crearon unas ‘guitarras’ para  acompañar la comparsa”, explicó Hernández Antonio.

Señaló que con la información que cada uno de los niños que integra el taller o los que permanecen aún después del maratónico recorrido “sísmico” comenzaron a trabajar para lograr cumplir con la tradición decembrina.

Marilyn, María del Rosario, Danna, Marité, María José, Carlos Mario y Jacielito se dieron a la tarea de llevar un objeto para armar la Rama, una consiguió la caja, indispensable para representar el portalito del niño Jesús, otros más trajeron globos, serpentinas, espirales de colores y para llevar consigo el espíritu de la naturaleza fueron en busca de la rama del sauce o como se conoce en el Istmo “gueesa”.

“De esta forma los niños comenzaron a armar su caja, primero decorándola con pintura, poniendo el nombre del taller en la superficie y así poco a poco fueron terminándola, así con todos los requerimientos listos para rescatar esta tradición navideña que anuncia la llegada del nacimiento del niño Dios, nos faltaba otro de los requisitos indispensables para nuestro recorrido, las coplas y villancicos, los cuales tienen que ser alusivos a una persona conocida del pueblo o alguna situación destacable del año, por lo que los niños decidieron componer una copla referente al fatídico 7 de septiembre, el cual dice: El 7 de septiembre a nadie se le olvida, esta copla en particular causa asombro y risas entre los espectadores, ya que al recordar ese momento les trae sentimientos encontrados”, aseguró.

Indicó que durante los recorridos que han realizado desde el pasado lunes han tenido muchas satisfacciones y ante el asombro de las personas en las casas visitadas, muchas dañadas por el fuerte sismo, los niños cantan sus coplas, lo que genera que la gente evoque recuerdos desprendiendo una sonrisa en sus rostros, incluso alguna lagrima, al recordar esos momentos de antaño, de alguna vez cuando la Rama visitó sus casas.

 

“Cada proyecto que realizamos con los niños del taller es hecho con el ánimo y entusiasmo de aportar algo productivo a nuestra comunidad, teniendo la firme esperanza de que el arte puede hacer mejores seres humanos, más sensibles a nuestro entorno inmediato y con la capacidad de amar y sentir orgullo por nuestra cultura y sobre todo mantener vivas las raíces, costumbres y tradiciones que nos han legado desde hace muchas generaciones, ahora como lo es el caso de la Rama, que aunque es una tradición proveniente del sur de Veracruz, llegando al Istmo en donde se retomó con singular algarabía y suspicacia del inigualable zapoteca, con sus versos y canciones”, apuntó el joven artista.

 

La letra de la Rama tradicionalmente es así:

Hola buenas noches, ya estamos aquí, aquí está la rama que les prometí,
que les prometí venir a cantar, pero mi aguinaldo me tienes que dar, me tienes que dar con mucho cariño, como se lo dieron los reyes al niño, los reyes al niño le dieron regalos y usted señorita me da mi aguinaldo.

Buenas noches damos buenos caballeros, a cantar venimos al Rey de los Cielos.

Naranjas y limas, limas y limones, más linda es la virgenque todas las flores.

En un portalito de cal y de arena, nació Jesucristo por la Noche Buena.

Venimos de lejos a traerte la Rama, recíbela atento, hoy y mañana.

Abre la puerta o una ventana para que veas los adornos y los farolitos de ésta tu Rama.

A la media noche un gallo cantó y en su canto dijo ya Cristo nació.

Denme mi aguinaldo, si me lo han de dar, la noche es muy corta y tenemos que andar.

Ya se va la Rama muy agradecida porque en esta casa ha sido bien recibida.

Si la muerte tiene un diente tiene un diente, el demonio tiene dos, y si no me dan mi aguinaldo, mi aguinaldo, se las pagarán con Dios.

Aunque existe una letra original, de autor desconocido y registrada por el dominio público ésta ha variado siempre dependiendo del ingenio y creatividad que cada quien le dé: “Venimos de lejos a traerte a la rama, recíbela atento hoy y mañana”.

El agradecimiento por recibir la recompensa también tiene su cántico, señal de que la rama fue bien recibida en la morada que se eligió para ser visitada y con ello despedirse de los caseros: “Ya se va la rama muy agradecida porque en esta casa fue bien recibida”.

Pero también, con el mismo ritmo, está un verso dedicado a los aguafiestas, a aquellos que decidieron ignorar y con ello no dejar pasar la buena vibra de los portadores de la rama: “Ya se va la rama muy desconsolada porque en esta casa no le dieron nada”.


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