Gases de refinería afectan la salud de los ciudadanos de Salina Cruz, Oaxaca
Estos gases han provocado daños a más de diez mil familias del puerto así como a los ciudadanos asentados en otras zonas de la ciudad
Desde hace 40 años, la Refinería Antonio Dovalí Jaime ha provocado graves daños al aire, suelo y mantos acuíferos. Aunado a los gases tóxicos que esparce en las colonias donde se encuentra establecida la petrolera.
Estos gases han provocado daños a más de diez mil familias del puerto e incluso las familias que se encuentran asentadas en Boca del Río, la colonia a Soledad, San Juan Miramar, Juquilita y Petrolera, San Martín, las Brisas, Istmeña.
Rubén Hernández, vecino de Barrio Nuevo, uno de los afectados por la contaminación de la refinería, dijo que recientemente se practicó una resonancia magnética y le detectaron plomo en la sangre.
“Antes decíamos que las afectaciones sólo eran al medio ambiente como a la actividad pesquera. Ahora vemos que es a todos los habitantes de Salina Cruz”.
Denunció que la acelerada contaminación que provocan los gases tóxicos que emanan de las chimeneas de la refinería, están multiplicando los casos de cáncer en el municipio, lo que está provocando una alerta en la población.
Los gases tóxicos no controlados, derivado de explosiones y la quema de producto entrampado, está ocasionando que tanto hombres y mujeres, niños y ancianos respiren el aire contaminado.
Lamentó que dentro de su irresponsabilidad de los directivos de PEMEX, estén liberando los gases tóxicos cuando hay norte o lluvia, según ellos para pasar desapercibidos con la contaminación.
“Me acabo de hacer una resonancia magnética, y me detectaron alto nivel de plomo en la sangre, y eso es preocupante porque podría ser el principio de cáncer”.
Dijo que si se realiza un estudio por zonas con mayor índice de contaminación, el resultado podría ser desastroso porque muchas gentes podrían estar contaminadas por el plomo.
Mientras tanto, miles de niños, adultos y ancianos, están sufriendo los estragos de la contaminación que deja la refinería, una industria que por su falta de mantenimiento registra constantes explosiones sin que las dependencias como ecología, SEMARNAT y PROFEPA obliguen a PEMEX a modernizar el proceso de refinación.
