Una pareja de estadounidenses enfrenta la pena de muerte en un país sin litoral en África Orienta, se trata de Uganda. El motivo es porque se les ha acusado de tráfico de niños con agravantes además de un cargo de tortura infantil. Sus nombres son Nicholas Spencer y Mackenzie Leigh Mathias Spencer, ambos de 32 años y casados. Actualmente se encuentran bajo custodia en dicha región. Permanecen en juicio desde el 9 de diciembre hasta la fecha, después de que fueran acusados de agravio infantil contra uno de sus hijos adoptivos, el menor solo tiene 10 años. Ahora, este hombre y la mujer podrían ser ejecutados de ser declarados culpables y todo sin la posibilidad de regresar a su país.
Esto es lo que sabemos
La familia se encontraba en Luzira es un suburbio de Kampala, la capital de Uganda. Ahora el menor que fue maltratado, su tipo de sangre es 0+ y vivía bajo su tutela en la conocida región. La policía en defensa del infante alegó que la pareja obligaba al niño a pasar el día descalzo y desnudo, a menudo lo hacían ponerse en cuclillas en posiciones incómodas, con la cabeza hacia el suelo o las manos abiertas, y que solo le servían comidas frías de una nevera. Debido a estas acusaciones, los ciudadanos estadounidenses están recluidos en la Prisión de Máxima Seguridad de la zona, la única cárcel de máxima seguridad del país, que alberga a los condenados a muerte. Cabe destacar que fue remodelada significativamente gracias al trabajo de African Prisons Project, una organización benéfica con sede en el Reino Unido y Kampala.
La pareja llegó a Uganda en 2017 para trabajar como voluntarios en una organización sin fines de lucro con sede en Estados Unidos. Se instalaron en la ciudad de Jinja, antes de mudarse a Naguru, un suburbio de clase alta de Kampala, para trabajar en una nueva empresa, aseguró la policía. Además, los fiscales los acusan de haber reclutado, transportado y retenido al niño de 10 años con “fines de explotación”, según el pliego de cargos. Por su parte, el abogado de la pareja, el cual no fue identificado, fue citado por el periódico ugandés The Monitor y en dicho medio se divulgó que “las autoridades desestimaron el caso como una ‘expedición de pesca’ y dijeron que no tenían pruebas”. También se la citó diciendo que el nuevo cargo “no tiene sentido”.
Esto significa que, según la defensa, no se tiene relación entre los cargos que supuestamente la pareja cometió. En una entrevista con el periódico, una mujer que dijo ser la cuidadora del niño y habló de forma anónima sobre lo que vio y también alegó que tenía una cámara en su habitación observando cada uno de sus movimientos. “Quería dejar el trabajo, pero sabía que si me iba sin hacer algo al respecto, la tortura continuaría.” Agregó que la pareja solo abusó de uno de sus tres hijos adoptivos porque afirmaron que el niño de 10 años era terco, hiperactivo y mentalmente inestable. Según su testimonio, usaron los castigos para mantenerlo a raya.
Esto dice el tribunal
El cargo más reciente se les leyó el pasado martes, cuando comparecieron ante un tribunal de primera instancia, pero no se les permitió hacer una declaración de culpabilidad ya que el caso solo puede verse en el Tribunal Superior. Por su parte, Jacquelyne Okui, portavoz de la oficina del fiscal público, dijo el miércoles reciente que comenzarían con el proceso de encomendarlos al Tribunal Superior, “pero no podemos decir cuándo finalizará para que puedan presentarse ante el tribunal”.
Nicholas Spencer figura actualmente como trabajador de MOTIV Uganda, una empresa que, según su página de LinkedIn “crea un espacio donde los fabricantes pueden refinar y escalar sus negocios para satisfacer la demanda de los mercados locales e internacionales.” Asimismo dicen brindar a los creativos la oportunidad de acceder a fábricas, capacitación, una tribu y un mercado donde las marcas venden sus productos. Por su parte, la esposa de nombre Mackenzie también trabaja para la misma empresa, según la policía de Uganda.
Lo extraño es que la mujer abrió una página en la plataforma de recolección monetaria, GoFundMe, en la que dijo que se mudaron al este de África hace casi 3 años y han estado haciendo trabajo humanitario centrado en el empoderamiento y la educación de las mujeres. Resaltó, además, que son padres adoptivos de “tres niños increíbles” y adjuntó su foto. Cabe destacar que el niño de 10 años asistía a una escuela para niños con necesidades especiales en Kampala, según Al Jazeera. Asimismo, otro de los cargos que se le suma es la permanencia ilegal en el páis, dado que sus permisos de trabajo han expirado.
Tenían tres niños ugandeses con ellos bajo cuidado de crianza, incluida la víctima, dijo la policía.
Por su parte, la embajada de Estados Unidos en Kampala no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios el miércoles. Dijo, la semana pasada, que estaba al tanto de los informes del arresto y la detención de dos ciudadanos estadounidenses en Kampala y ante el cuestionamiento solo respondió que estaba monitoreando la situación. No habrían más comentarios debido a las consideraciones de privacidad.