Un tribunal deLong Island, Nueva York declaró culpable este lunes a la joven Leniz Escobar, alias “Diablita” del delito de crimen organizado, por su participación en el asesinato a machetazos de cuatro jóvenes a manos de la mara Salvatrucha, también conocida como MS-13.
Según informes policiales, Escobar, de actualmente 22 años, fue acusada de ayudar a orquestar la brutal masacre en 2017.
Las víctimas creían que se reunirían con ella para fumar marihuana. Escobar y otro cómplice, identificado como Kayli Gómez, los habrían llevado a un parque en la localidad de Central Islip, al este de la ciudad neoyorquina.
Una vez allí, escribieron mensajes de texto a los miembros de la pandilla MS-13, que consideraba a dichos jóvenes integrantes de una banda rival.
Los pandilleros de la mara Salvatrucha fueron entonces al parque, donde rodearon a Justin Llivicura, Michael López, Jorge Tigre y Jefferson Villalobos, que tenían entre 16 y 20 años, y los mataron a machetazos.
Sus cuerpos destrozados fueron encontrados cerca al día siguiente.
Cabe mencionar que había una quinta víctima prevista, Elmer Alexander Arteaga Ruiz, ahora de 22 años, que corrió para salvar su vida y vivió para testificar contra Escobar.
La Diablita, que tenía 17 años cuando ocurrieron los hechos, será sentenciada el próximo septiembre, pero según medios será muy posiblemente condenada a cadena perpetua.
“Con el veredicto de hoy, Escobar ha sido considerada responsable del papel crucial que desempeñó voluntariamente en la orquestación de uno de los asesinatos en masa más crueles y sin sentido en el distrito que se recuerda”, dijo Breon Peace, Fiscal Federal para el Distrito Este de Nueva York.
La prima de la Diablita, Cindy Escobar, declaró a los periodistas que la sentenciada tuvo “una vida muy difícil desde que era muy joven” y que “no tenía padre, tampoco madre, por lo que no tuvo una infancia estable”.
Otros cuatro miembros de la MS-13 también acusados de perpetrar el ataque mortal están a la espera de juicio, mientras que otros dos han sido condenados a 50 y 55 años de prisión.
