El gobierno de Colombia culpó este viernes a la guerrilla conocida como Ejercito de Liberación Nacional (ELN) de planear los atentados con coche bomba dentro de una escuela de policías en Bogotá, ocurrido el día de ayer.
El ataque perpetrado con 80 kilogramos de explosivos, dejó 21 muertos y más de 70 heridos.
Horas después del ataque, el fiscal general Néstor Martínez dijo en conferencia de prensa que el autor del ataque, uno de los más mortífero de los últimos 15 años en el país sudamericano, era miembro de muchos años del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
El autor, identificado como José Aldemar Rojas, no tenía antecedentes penales.
La inteligencia colombiana logró determinar que el hombre manco de 56 años, usaba el alias Mocho Kiko.
El atentado recordó algunos de los incidentes más cruentos del pasado reciente colombiano y suscitó interrogantes graves acerca de las amenazas a la seguridad que persisten tras el acuerdo de paz con las FARC.
Además, pondría cualquier intento de reanudar las empantanadas conversaciones de paz con el ELN en un futuro previsible.
Luego de estos ataques, la sociedad y gobierno de Colombia están pensando seriamente en continuar con las conversaciones de paz con las guerrillas.
Se prevé que el presidente Iván Duque anunciará en las próximas horas la posición del gobierno sobre el futuro de las conversaciones de paz.
Con ayuda de cámaras de seguridad y las huellas dactilares de su mano izquierda, los investigadores identificaron rápidamente a Rojas como el dueño y conductor de una camioneta Nissan 1993 cargada con 80 kilos del explosivo conocido como pentolita.
El ELN ha estado intensificando sus ataques contra objetivos policiales e infraestructura petrolera en medio de un conflicto con el gobierno conservador de Duque por el estancamiento de las conversaciones de paz.
Hace un año, el grupo reivindicó el atentado con bomba contra una comisaría de policía en la ciudad costera de Barranquilla, que dejó cinco policías muertos.
Pero hasta el presente, el grupo inspirado por Cuba, que se cree cuenta con unos mil 500 combatientes, nunca ha tenido la capacidad ni ha demostrado interés por realizar un acto de violencia tan espectacular.
Duque ha exigido al ELN el cese de todos los ataques y secuestros como condición para reanudar las conversaciones y ha condenado a Venezuela y Cuba por supuestamente proporcionar un refugio a los líderes rebeldes mientras sus fuerzas continúan sembrando la violencia en Colombia.