El gobierno cubano aseguró que “jamás ha permitido ni permitirá que su territorio sea usado para la organización de actos terroristas”, demarcándose así del insurgente Ejército de Liberación Nacional (ELN), que reivindicó el atentado con un coche bomba el jueves pasado en Bogotá.
“Cuba jamás ha permitido ni permitirá que su territorio sea usado para la organización de actos terroristas contra ningún Estado”, afirmó en su cuenta en twitter el canciller Bruno Rodríguez. Líderes del ELN se encontraban en La Habana desde agosto pasado negociando la paz con el gobierno, pero tras la ruptura de esos diálogos desaparecieron de los focos de la prensa.
Rodríguez respondió el sábado al presidente colombiano, Iván Duque que su gobierno “actuará con estricto respeto al protocolo de ruptura” de las conversaciones en La Habana entre Bogotá y el ELN.
El canciller agregó que la “isla ha cumplido estrictamente su papel como garante y sede alternativa de la mesa de diálogos de Colombia entre el gobierno y el ELN”.
El mandatario colombiano reactivó el viernes las órdenes de captura contra 10 dirigentes del ELN que integran el grupo negociador de la guerrilla en La Habana y tras la respuesta de Rodríguez al día siguiente insistió en las detenciones.
El “protocolo de ruptura” acordado por los gobiernos de Colombia y Cuba, el ELN y los países garantes, facilitaría a los líderes del grupo insurgente abandonar la isla en condiciones de seguridad de fracasar las pláticas.
No obstante, Duque sostiene que lo ocurrido con el ELN “no es una ruptura de ningún diálogo porque nosotros no habíamos hecho presencia en esa mesa esperando a que (las guerrillas) liberen los secuestrados y cesaran los ataques terroristas”.
Al atribuirse hoy la autoría del atentado contra la escuela de cadetes General Santander, en Bogotá, con el saldo preliminar de 21 muertos –incluido uno de los atacantes- y 68 heridos, el ELN justificó la acción alegando que era un “legítimo acto de guerra”.
El canciller Rodríguez tuiteó además que “Cuba está contra el terrorismo y contra la guerra, en defensa de la paz. Con la moral de haber sido víctima de terrorismo de Estado por décadas y de una ejecutoria intachable, condenamos el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, sea cuales fueren sus motivos”.
Las negociaciones de paz con el ELN fueron iniciadas por el anterior gobierno colombiano, de Juan Manuel Santos, en febrero de 2017 en Quito, Ecuador, y en mayo del año pasado fueron trasladadas a La Habana, a solicitud de las partes.
La última ronda de esos diálogos concluyó sin acuerdos el 3 de agosto, cuatro días antes de la toma de posesión de Duque como presidente. Bajo mandato de Santos, y también a solicitud de las partes, La Habana fue sede de las conversaciones de paz entre Bogotá y las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, en virtud de las cuales ese grupo entregó sus armas y se incorporó a la vida política civil.