Santa María Atzompa. Considerado como uno de los municipios con mayor arraigo de las tradiciones por el Día de Muertos, durante la tarde noche del jueves los habitantes de esta comunidad cumplieron con la tradicional velada en el panteón municipal para recibir a las ánimas y sus fieles difuntos.
Desde temprana hora, con flores y veladoras en mano, decenas de familias comenzaron a llegar al cementerio que se ubica en la periferia de la comunidad con el propósito de limpiar y adornar las tumbas donde descansan sus seres queridos que se adelantaron en el camino.
“Cumplimos cada año con esta tradición que nos heredaron nuestros padres, cuando éramos pequeños nuestros abuelitos y padres nos inculcaron esta costumbre de venir y dejarles sus flores y veladoras porque siempre nos decían que, solamente la gente muere cuando se les olvida, pero mientras vivan en nuestros corazones, mientras vengamos a visitarlos donde descansan para nosotros siempre estarán con nosotros”, señaló con tristeza el señor Alejandro, quien visitó las tumbas de sus padres y abuelos.
A pesar de que han pasado más de 10 años que partieron del mundo terrenal, reconoció que aún los extraña y por ello, el 31 de octubre representa una fecha muy especial para recordar a sus seres queridos que descansa en el panteón municipal de Atzompa.
Durante el transcurso del día, el campo santo lució abarrotado y poco a poco las tumbas se pintaron de color amarillo, rojo y blanco con la colocación de las flores de cempasúchil, cresta de gallo, rosales y de otras variedades con que se acostumbra a recibir las almas que llegan durante la madrugada.
Evolución de la festividad

“Anteriormente, las familias venían durante la noche para realizar la tradicional alumbrada, solamente se colocaban las flores y las veladoras por las noches, pero ahora todo ha cambiado para bien porque muchos llegan desde temprano para adornar las tumbas de sus seres queridos”, explicó Juan Justino López Torres, presidente municipal de Santa María Atzompa.
Detalló que a esta festividad se le denominaba la alumbrada y con el paso de los años se le fue conociendo como la velada, “porque mucha gente llega desde temprano, inician a velar desde las 6 de la tarde del 31 de octubre hasta la madrugada del 1 de noviembre”.
“Después de esta velada, el 1 de noviembre se le conoce como el día de los fieles difuntos porque, según las tradiciones, es cuando quienes nos visitan se quedan con nosotros, por eso los reciben con mole y tamales de frijol. El 2 de noviembre la festividad continúa con la visita de los hijos, compadres o padres, quienes se obsequian mutuamente canastas de frutas y panes para convivir y despedir sanamente a las ánimas”, destacó López Torres.
Más de 3 mil visitantes

De acuerdo con las autoridades municipales de Atzompa, durante el 31 de octubre y 1 de noviembre se estima que el panteón es visitado por más de 3 mil visitantes, entre locales y visitantes que acuden a conocer las tradiciones de esta comunidad.
Por ello, Santa María Atzompa se denomina como un pueblo sagrado y ancestral que conserva sus tradiciones, usos y costumbres como las festividades por el Día de Muertos.