Permanecer callado, no decir el estatus migratorio y solicitar un abogado, esas son algunas de las recomendaciones que organizaciones de migrantes están dando a mexicanos en condición irregular en Estados Unidos, ante la posibilidad de que se realice una redada en su comunidad, centro de trabajo o al transitar por las calles.
“La comunidad está asustada”, dijo en entrevista Artemio Arreola, director Político de la Coalición de Illinois para los Derechos de los Inmigrantes y Refugiados y presidente de la Casa Michoacán en Chicago.
En el día dos de la presidencia de Trump ya comenzaron en Estados Unidos las redadas en contra de los migrantes, como parte de su plan de deportación masiva.
“Las operaciones del Servicio de Migración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) han comenzado hoy (martes). Dimos la orden de priorizar la seguridad ciudadana”, afirmó Tom Homan, el “Zar de la frontera”, en una entrevista con Fox News.

En Estados Unidos hay alrededor de 40 millones de migrantes de origen mexicano y, aunque la mayoría tiene estatus regular, todas las familias tienen al menos a un integrante que no cuenta con los documentos necesarios para estar en tierra estadounidense.
“Nuestras familias son mixtas. Todos tenemos indirectamente algún familiar indocumentado, por eso es que nos preocupa y afecta a todas las familias. Es como cuando te apachurras un dedo, te duele toda la mano”, afirma Arreola.
De los 11 millones de migrantes en condición irregular, se calcula que el 40% son de origen mexicano.
A ellos también se les ha recomendado que, si son detenidos y el agente migratorio es insistente en querer obtener información sobre su estatus, soliciten a un abogado.
“Si él insiste con preguntas tú le puedes preguntar a él: ¿me está arrestando? Y si él te vuelve a hacer alguna otra pregunta, dile que quieres hablar con un abogado. Si te va a hacer un arresto, que te lo haga, pero no te puede fincar cargos en ese segundo de indocumentado porque tú no le vas a decir tu estatus”, detalla Arreola, quien recomienda no portar identificaciones falsas para evitar alguna complicación.
Algunas iglesias incluso decidieron suspender sus misas en español por miedo a las redadas y en algunas escuelas no hubo clases porque se orientó a los maestros cómo explicar la situación a los niños.