El candidato demócrata ha marcado fuertes diferencias en la que sería su forma de manejar la relación entre ambos países, comenzando por acusar al actual presidente de propagar el racismo en la comunidad latina al llamar a los mexicanos violadores y narcotraficantes durante su campaña previa.
“Necesitamos trabajar en sociedad con México. Necesitamos restaurar la dignidad y la humanidad en nuestro sistema de inmigración. Eso es lo que haré como presidente”, indicó en una publicación.
Otra gran diferencia es su política migratoria, pues mientras Trump aboga por una estrategia restrictiva en la que se mantengan programas como el llamado ‘Quédate en México’, Biden ha dicho que la actual política ha provocado “horrores”, como los cientos de niños que han sido separados de sus padres en la frontera entre Estados Unidos y México.
“Donald Trump ha cerrado la puerta de un portazo a las familias que huyen de la persecución y la violencia. El primer día, eliminaré la decisión del presidente Trump de limitar el asilo”, afirmó en referencia al programa que obliga a los solicitantes de asilo a esperar meses en nuestro país.
Dicha medida ha sido calificada por el demócrata como “peligrosa, inhumana y en contra de todo lo que defendemos como nación de inmigrantes”.
El muro fronterizo es otro tema sobre el que Joe Biden se ha pronunciado, señalando que es una mentira que México sea el que esté pagando por su construcción, y acusando al presidente de Estados Unidos de usar dinero de las fuerzas armadas para financiarlo.
Asimismo, ha mostrado rechazo hacia la agresiva política comercial del actual mandatario, la cual llevó a una renegociación del TLCAN, ahora T-MEC, y que ha dado como resultado la imposición de aranceles. Al respecto, ha dicho que son los agricultores y fabricantes estadunidenses quienes realmente están pagando las consecuencias.
“El pueblo estadunidense sigue pagando la factura de los juegos políticos sin sentido del presidente Trump”.
Por todo ello, analistas opinan que el triunfo de Biden podría reducir la incertidumbre en materia comercial, pues serían menos probables las amenazas arancelarias, y más aún, una salida del T-MEC.
Sin embargo; han advertido que el demócrata presionaría la política energética del presidente Andrés Manuel López Obrador, pues Biden impulsa una agenda de energías limpias, lo que contrasta con la estrategia mexicana de elevar la producción y refinación de hidrocarburos y combustibles fósiles.
Ello, advierten, podría hacer que el gobierno de Biden aproveche los mecanismos del T-MEC, incluso sanciones, para temas de medioambiente, derechos laborales, corrupción y protección de inversiones.