A mes y medio de denunciar públicamente diversas irregularidades en la gestión y operación del Taller de Artes Plásticas Rufino Tamayo, dependiente de la Secretaría de las Culturas y Artes (Seculta) de Oaxaca, los docentes Abraham Torres y Oswaldo Ramírez señalaron que ahora son objeto de represalias de parte de la dependencia, la cual ha prescindido de sus servicios.
El pasado 3 de julio, Torres y Ramírez –así como otros docentes- denunciaron la demora en el pago de salarios a las y los 28 docentes que como ellos tienen incluso 18 o más años en el taller, la falta de materiales que afectan a más de 40 alumnos de los seis talleres y otros actos cometidos por el director, Enrique Gijón. También habían pedido cambios en los contratos, pues con los que han tenido por varias administraciones carecen de prestaciones laborales.
Los docentes explicaron que tras la protesta parte del personal de la Secretaría de Gobernación (Sego) y de la Seculta se reunieron con ellos e incluso prometieron atender las demandas del pliego petitorio, entre ellas la falta de contrato.
Pero lejos de esto han sufrido “intimidación y represión” de parte de la Seculta, dijo Ramírez, quien recordó que tras esto no han tenido audiencia con Víctor Cata, titular de la dependencia y que aunque funcionarios de Sego y Seculta les aseguraron que firmarían un contrato de un año no fue así.
A diferencia de otros docentes que también se manifestaron en junio y a los que les dieron contratos de un año, a Ramírez y Torres los hicieron firmar uno que concluye en agosto y no en diciembre, como se les prometió. A decir de los profesores, que reconocen haber firmado el documento, se los dieron bajo engaños.
Ayer (jueves) el director Enrique Gijón nos comunica que por parte del jurídico de la Seculta nuestra actividad termina en agosto. Y en el caso del maestro Abraham Torres y el mío somos dos maestros que tenemos mayor tiempo trabajando dentro del Taller Tamayo y fuimos los últimos o los únicos que mantuvimos la lucha por las mejoras de los contratos leoninos que ofrece la Secretaría de Cultura (Seculta)”.
En entrevista con EL IMPARCIAL, los docentes señalaron que el actuar de la dependencia fue en represalia por las denuncias que hicieron en contra del director del taller, Enrique Gijón (a quien el gobierno del estado puso como jurado del certamen de la imagen de Guelaguetza).
Cobros más altos para alumnos extranjeros, aumento de cuotas de inscripción para oaxaqueños y otros nacionales o rechazo de estudiantes, quienes antes con esa misma cuota mensual o trimestral podían tomar dos talleres y ahora solamente uno, además de la eliminación de becas, son algunas de las irregularidades que señalaron de parte del director.
Él está cambiando muchas cosas que afectan a la comunidad estudiantil”, explicó Ramírez, quien como Torres considera que estas acciones tiene como finalidad el privatizar el taller fundado en 1974 y que lo aleja del sentido de su creación, que era acercar a la juventud (generalmente con carencias) pudiera formarse en las artes.
Como esto, Torres expuso que incluso se ha coartado la libertad de expresión desde otros frentes, por ejemplo, a través de las restricciones para difundir el trabajo en redes sociales o los conversatorios rumbo a los 50 años del taller.
¿Se estaría privatizando el taller? “Yo creo que esa es la razón por la que metieron a Enrique Gijón, para desaparecer este taller, que ha sido público para el gobierno, para los jóvenes, y que ahora quieren privatizar”, responde Torres.