Paciencia, concentración y creatividad, son habilidades que deben tener quienes se dedican a trabajar la filigrana, en esto coincidieron los cinco maestros que, de febrero a mayo, impartieron el programa Formación en la técnica de Filigrana mexicana. Técnicas de Oaxaca, Chiapas y Yucatán, en el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa).
A decir de la y los orfebres la técnica de la filigrana está en peligro de extinción y las generaciones más jóvenes están enfocadas en otras cosas, de ahí la importancia de promoverla y tratar de preservarla.
Daniel Brena, director del CaSa, comentó que “una de las ideas principales del programa fue trabajar con los mejores filigranistas que existen en México, y atraer a los mejores estudiantes. Una parte importante de lo que hacemos constantemente en el CaSa, es que el conocimiento manual pueda ser transmitido. En el caso de la técnica de filigrana hay mucho conocimiento. En Oaxaca es muy fuerte por personas como José Jorge García, en Valles Centrales y Cándido Santiago, en Juchitán”.
Brena agregó que en México la tradición de la joyería en filigrana es muy fuerte en estados como Oaxaca, Chiapas y Yucatán, “hay variedades regionales en otras partes del país, pero en estos lugares hay una gran tradición y logramos hacer un programa único al reunir a algunos de los mejores maestros”.
Quienes impartieron los módulos fueron, José Jorge García (Valles Centrales, Oaxaca), Cándido Santiago (Juchitán, Oaxaca), Amira Ramos (Mérida, Yucatán), Roberto Carlos Aguilar López (Comitán de Domínguez, Chiapas) y Carlos Benítez (Taxco, Guerrero). La mayoría de ellos aprendieron el oficio de sus padres desde muy temprana edad.
Una diferencia que predomina en la filigrana de cada estado, es el grosor de los hilos en plata u oro. García contó que actualmente en la técnica de Oaxaca el metal que más se utiliza es la plata, “anteriormente la gente sólo compraba joyería en oro, pero por el incremento en el precio de éste, en los últimos años sólo se realizan piezas de este metal por encargo”.
Cándido Santiago dijo que, “en el Istmo también han dejado de pedir más oro, la joyería se hace en diferentes metales, como la plata, latón y el cobre, pero se manda a dorar, porque el dorado es un color que les sigue gustando más”.
Amira Ramos mencionó que hay estados donde la filigrana la combinan con piedras, “en mi caso trabajo con puros metales, y en el trabajo de cualquier persona lo que cuenta mucho es la creatividad, uno tiene el sueño de empezar una pieza, primero se imagina, luego se dibuja y conforme la realizas se vienen tantas ideas que piensas una y luego te sale otra. El resultado siempre es mucho mejor de lo que pensaste al iniciar”.
La y los maestros platicaron que, aunque conservan los diseños de joyería tradicional en la filigrana, cada uno busca proponer diseños contemporáneos, muchos de ellos fusionando diversas técnicas artesanales.