Cada enero, las calles de la ciudad de Oaxaca se transforman en un impresionante escenario natural gracias al florecimiento del guayacán amarillo, un árbol que enciende la vida con sus vibrantes tonalidades amarillas. Este fenómeno, que atrae tanto a locales como a turistas, es uno de los más esperados del año, ya que sus flores cubren las ramas y caen al suelo, creando un espectáculo visual que deja sin aliento a quienes tienen la suerte de presenciarlo.
Las principales arterias de la ciudad, como la calle Fiallo, Avenida Juárez, Armenta y López, Xóchilt, y Melchor Ocampo, entre otras, se convierten en el escenario de estos majestuosos árboles que, en su máxima floración, convierten a Oaxaca en un lugar aún más mágico y pintoresco.
UN ÁRBOL EMBLEMÁTICO DE MÉXICO Y AMÉRICA LATINA
El guayacán amarillo, conocido científicamente como Tabebuia chrysantha, es uno de los árboles más representativos de México y América Latina. Este ejemplar es famoso por sus flores de un amarillo intenso que cubren todo su follaje, creando una visión de ensueño. Su presencia en México se extiende principalmente en los estados que tienen costas en el Océano Atlántico, aunque también se puede encontrar desde Florida hasta Venezuela.
Es parte de una familia de árboles que incluye varias especies con una característica común: la dureza de su madera. A pesar de que estas especies comparten ciertas características, el guayacán amarillo es el más famoso por su floración y por su dificultad para ser podado debido a la rigidez de su madera.
EL ÁRBOL DE BELLEZA Y RESISTENCIA

Una de las particularidades del guayacán amarillo es que su madera es una de las más pesadas y rígidas, lo que lo hace resistente tanto a las plagas como a las condiciones de humedad y agua salada. Esta madera es valorada para la industria de la ebanistería, aunque su mayor apreciación radica en su época de floración, que se da durante los meses de calor, cuando las ramas se llenan de flores que cubren todo el árbol.
Estas flores, al caer, forman tapetes dorados sobre el suelo, una escena que se repite año tras año en las calles de Oaxaca, sumando un toque de belleza natural a la ciudad. Además, su floración es caduca, lo que significa que una vez que las flores caen, el árbol queda despojado de su follaje. Dando paso a una imagen completamente distinta hasta el próximo año.
CARACTERÍSTICAS DEL GUAYACÁN AMARILLO
El guayacán amarillo es un árbol de gran porte, alcanzando entre 12 y 15 metros de altura, con un tronco de hasta 60 centímetros de diámetro. Sus ramas, aunque escasas, se disponen de forma ascendente, creando una estructura robusta y estilizada. En cuanto a su hábitat, prefiere suelos de textura franca a franco arenosa y pH entre 6 y 8.5, condiciones que permiten su crecimiento óptimo.
Este árbol también se caracteriza por su fruto: vainas que contienen más de 200 semillas. Sin embargo, la germinación de estas semillas requiere de condiciones estrictas, como altas temperaturas y un suelo adecuado. Además, las semillas tienen una caducidad de tres meses, lo que limita su expansión fuera de las regiones donde se originan.
REFUGIO PARA LA FAUNA Y PARTE DEL CICLO NATURAL
Las flores del guayacán amarillo no solo deslumbran por su color y forma, sino que también juegan un papel fundamental en el ecosistema. Durante su floración, sirven como refugio y fuente de alimento para diversas especies de aves e insectos que se alimentan de su néctar. Estos polinizadores, al visitar las flores, contribuyen al ciclo natural de la vida, ayudando a la perpetuación de este y otros árboles y plantas en la región. De esta manera, el guayacán amarillo no solo embellece las calles de Oaxaca, sino que también participa activamente en el equilibrio ecológico del entorno.
EL GUAYACÁN EN LA CULTURA OAXAQUEÑA
El guayacán amarillo no solo es un deleite para los ojos, sino que también forma parte de la identidad cultural de Oaxaca. Su floración anual no solo marca el inicio de la temporada de calor, sino que también simboliza la belleza efímera de la naturaleza. Durante esta época, las calles de la ciudad se llenan de visitantes que, cámara en mano, buscan capturar la magia de este árbol en su máximo esplendor.
Finalmente, el guayacán amarillo es, sin lugar a dudas, uno de los árboles más bellos y emblemáticos de Oaxaca, y su presencia, aunque transitoria, deja una huella duradera en quienes lo disfrutan. Cada enero, este espectáculo natural nos recuerda la riqueza de la flora mexicana y la magia que se esconde en cada rincón de este increíble estado.