María Fernanda Perea (Oaxaca, 1982) cuenta que de la pandemia de Covid-19 “algo bueno tenía que sacar”. Y eso fue su regreso a la pintura, que había abandonado por una década. A tres años de retomar una de sus pasiones y profesiones ligada a la del diseño gráfico, este jueves presentó su primera exposición individual en el restaurante y espacio cultural El Sol y La Luna, ciudad de Oaxaca.
La muestra abierta al público durante todo el mes de agosto reúne 37 acuarelas elaboradas en los años 2022 y 2023 y en las que plasma sus intereses por la naturaleza, la arquitectura y su natal Oaxaca de Juárez.
Amistades y familia fueron parte de este gran paso de Perea en las artes, quien antes de la exposición individual ya ha presentado su obra en dos exposiciones colectivas a beneficio de mujeres con cáncer, a través del Grupo Reto.
Perea, esposa y madre de dos hijos, es una artista que con las acuarelas no solamente se reencontró con el arte sino que ve en esta manifestación una manera de conjugar otros intereses como la fotografía. Aunque también reconoce que retomar y consolidarse en la plástica es “de mucho compromiso”.
Más que en Oaxaca hay muchos artistas y es mucho compromiso seguir preparándome y produciendo”, comenta la autora, quien se niega a dejar de pintar luego de su reencuentro con las artes durante la pandemia. “La acuarela es la técnica que me encanta y me apasiona”.
A través de obras de tipo figurativo y abstracto, Perea retoma un camino que inició durante la licenciatura de diseño gráfico y que ha perfeccionado con diversos cursos y talleres tomados en la pandemia.
En las 37 piezas se observan también diversas posibilidades de la acuarela, desde las tradicionales y líquidas hasta la que permite el uso de hoja de plata y hoja de oro. Los motivos constantes en cada obra expuesta en la calle de La Reforma 502, centro histórico, son los gallos, los escarabajos, el patrimonio arquitectónico de Oaxaca, las aves, la vida marina y la flora.
En su texto de sala, Rosa Martha Mayoral destaca que la acuarela le dio a Fernanda Perea la posibilidad de expresar su esencia y mostrar a los demás lo que sus ojos verdes observan.
Su obra de pinceladas suaves, pero contundentes, nos transportan a escenarios mágicos, insectos en hoja de oro, un pelícano finamente dibujado que parece desvanecerse, pero no es otra cosa que la maestría de Fer”, explica sobre una obra en la que las y los espectadores pueden incluso “ser los personajes de la imaginación de Fer “.