Alma Woolrich: huella discreta y trascendente en la cultura de Oaxaca
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Alma Woolrich: huella discreta y trascendente en la cultura de Oaxaca

Fue la quinta mujer en titularse como médico en esta ciudad, especializada en cirugía y obstetricia.


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Fotos: Archivo // Este 5 de enero a las 3:15 am Alma Woolrich comenzó el viaje sin retorno.

Conocí a Alma Woolrich, en una conferencia en la Biblioteca Pública Central; se dirigió a mí con una sonrisa que hasta ahora recuerdo. Amable y atenta me anotó su nombre en un papelito “es que tengo un apellido muy raro y luego no saben cómo escribirlo”.

Fuimos amigos siete años; siete igual fueron las décadas que había entre su edad y la mía. Pero la realidad es que eso nunca importó. Hablábamos por teléfono como contemporáneos.

Este 5 de enero a las 3:15 am comenzó el viaje sin retorno. Se va dejando atrás su huella discreta y trascendente en la cultura oaxaqueña. A lo mejor su nombre por sí solo no nos cuenta mucho, pero pronunciarlo era evocar la historia de la medicina en Oaxaca.

Fue la quinta mujer en titularse como médico en esta ciudad, especializada en cirugía y obstetricia. “En aquella época era muy difícil tanto en las familias como en la sociedad, que una mujer estudiara una carrera larga. Las mujeres tenían que dedicarse a su casa y a sus hijos, pero habíamos quienes teníamos aspiraciones y mis padres me apoyaron mucho porque desde chica mi papá me decía ‘tienes que estudiar una carrera, la que tú quieras porque no te vas a quedar nada más con la secundaria’” dijo en una entrevista de El Imparcial en 2020.

 

 

El deceso de la doctora Alma Woolrich es una pérdida para un sector de la cultura ya que significó mucho por sus conocimientos, por su amor y su deseo de estar siempre presente en los actos culturales de la ciudad. En lo personal es una pérdida muy sencible. Descanse en paz la doctora Alma Woolrich”.

 

Jorge Bueno Sánchez, cronista de la Ciudad de Oaxaca

 

 

En la historia del Instituto de Ciencias y Artes del Estado, se registró el egreso de 175 médicos de los cuales solamente dos fueron mujeres, cuyos nombres fueron Elia Olivera Benavides en 1943 y María Francisca Pérez García en 1952.

Posteriormente el 17 de enero de 1955 el decreto de la XLII legislatura local, transformaría al instituto en la Universidad Benito Juárez, nueva etapa donde egresarían Eleonor Guzmán Pérez en 1955, Josefina Zárate Aquino y Alma Woolrich en 1958.

La facultad, fue una etapa muy difícil, sobre todo con los maestros, porque ellos tampoco sabían qué andábamos haciendo por allí porque teníamos que pasar las noches en el hospital junto a los compañeros, y ellos nos corrían de los salones y hospitales, para que nos fuéramos a aprender las cosas de la casa”, declaró Woolrich.

Quien realizó su examen profesional en noviembre de 1958, luego de cursar 45 materias y haber realizado su servicio social en Santiago Suchilquitongo, Etla, donde produjo su tesis profesional titulada: Desnutrición infantil e informe médico sanitario del municipio de Santiago Suchilquitongo 1957-1958.

Cuando terminé la carrera, me quería dedicar a la pedriatría pero fui al Hospital Infantil porque ahí trabajaba mi hermano como secretario del director y tuve que hacer algo en la sala de los niños quemados y desde entonces juré no volver a ver a los niños así porque me dolió mucho el corazón”.

Ya con su título expedido por el rector interino de la UABJO, Esteban Silva y Escobar, ingresó a trabajar en la Unidad Hospitalaria Presidente Juárez del ISSSTE como responsable del área de planificación familiar a la par de su consultorio en Av. Juárez, donde hasta hace unos años podía verse la discreta placa con su cédula profesional.

Cuando yo puse el consultorio empezaron a llegarme personas del sexo femenino, señoras y mamás con sus niñas, entonces decidí que lo mejor era dedicarme a la ginecología” contaba risueña, a la par que recordaba sus años como docente de Enfermería y Ciencias Químicas en la Escuela Preparatoria y la licenciatura de la UABJO.

 

Yo estoy satisfecha de haberlo logrado, me sentía que estaba yo en mi ambiente, y que tenía que lograrlo. No pensaba que era de las primeras o que iba a sobresalir, aunque ahora veo que sí fue un logro porque tuvimos muchas cosas para tropezarnos y tuvimos que vencerlas”.

 

 

Una mujer que será recordada por su posicionamiento dentro del ámbito profesional, que abrió una expectativa en su época a todas las mujeres oaxaqueñas que se abrían espacios en la vida profesional sin desapegarse de sus hijos. Como toda vida completa, sentimos su ausencia, pero sabemos que pasa y trasciende a un mejor lugar”.

 

Arq. Gloria Lambarría, presidenta de la corresponsalía Oaxaca del SCM

 

 

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Nació el 10 de septiembre de 1931 en La Finca Sinai, fundada en 1837 por Lorenzo Silva de ascendencia española, quien se asentó en el Municipio de Santos Reyes Nopala y después heredó la finca a Benancia Silva, abuela de Woolrich.

Su padre Manuel Ramírez conoce a Antonia Ramírez Díaz originaria de Ejutla de Crespo y conforman una próspera e influyente familia en la comunidad vallista. No obstante, los deseos del padre porque sus hijos tuvieran estudios superiores, los trae a la capital del estado.

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Por más de treinta años, Alma Woolrich Ramírez fue miembro corresponsal del Seminario de Cultura Mexicana, importante institución que a nivel nacional reúne a intelectuales de diversas disciplinas para difundir la cultura mexicana.

A principios de los noventa se reunían en los salones de la Biblioteca Pública Central: Alberto Bustamante Vasconcelos, Octavio Flores Aguillón, Marco Antonio Aguirre Pliego, Rubén Vasconcelos Beltrán, Jorge Bueno Sánchez y otros selectos personajes de la cultura local, entre ellos la doctora Woolrich quien contaba que el día de su ingreso no presentó una ponencia, sino que fue expuesta a un interrogatorio sobre temas de arqueología, danza y tradiciones de Oaxaca.

Sus participaciones en dicho seminario fueron siempre discretas. Sus comentarios en las sesiones eran breves y puntuales. El arquitecto Prometeo Sánchez Islas recuerda, “Cuando yo fui presidente del seminario, me dio muchas publicaciones, de revistas y recortes de periódico que coleccionaba con mucha curiosidad científica”.

Era acuciosa en la búsqueda de los datos que le interesaban, que eran fundamentalmente sobre la cultura de Oaxaca y la historia de la medicina. Islas también cuenta que Woolrich “Perteneció a la Sociedad de Historia y Filosofía de la Medicina, lo cual marca que ella ya tenía una tendencia al estudio, solo que no era extrovertida”. Sus compañeros de la corresponsalía la recuerdan como curiosa, acuciosa, muy lectora y muy modesta. “Era discreta, no participaba en público, pero era un motor”.

 

 

Perdemos a una gran mujer, con un corazón de oro y un don de gentes que la hizo ser amada y admirada por todos. Estamos seguros que se ha ganado uno de los mejores lugares en el plano que ahora habita, donde seguirá brindando sabiduría y luz a quienes le rodeen. A parte de ser un motor para las mujeres en el mundo de la medicina, lo es en el mundo de la cultura y en el del mundo de la filosofía, de la razón de ser médico. Que en paz descanse nuestra querida Almita”

 

Arq. Prometeo Sánchez Islas, miembro corresponsal del SCM

 

 

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La última vez que hablé con ella fue en noviembre, prometí verla en mi próxima visita a Oaxaca, pero eso ya no sucedió, la evocaré siempre como la mujer fuerte que levantaba la voz en favor de otras mujeres, pero que nunca protestó. Su activismo fue en su actuar, en el saber combinar la maternidad y su rol de abuela, con el de profesionista.

Ella decía que estaba en contra del sometimiento de la mujer en cualquier de sus manifestaciones, y siempre se declaró a favor de que las mujeres alcancen aspiraciones “que estudien y ejerzan carreras largas”.

Queda su ejemplo de estar buscando tras bambalinas una rendija por la cual meterse y ayudar.

Ayer falleció Alma Woolrich Ramírez, pero ya está en el cielo, después de haber luchado sus batallas, cantando las canciones de Francisco Gabilondo Soler “Cri-cri”, su ídolo, del que se sabía más de cien composiciones y seguramente sonriendo, tan amable y cariñosa como aquella tarde de hace siete años en que la conocí.

@Urieldejesús02


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