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Columna

Viajeras frecuentes

Por varios meses al año, nuestro país se convierte en el hogar de las mariposas Monarca, por lo que tenemos la responsabilidad de cuidarlas y conocerlas mejor


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A QUE NO SABÍAS

La Monarca recorre más de cuatro mil kilómetros para regresar a nuestro país.
Diariamente, durante su trayecto, cada uno de estos insectos recorre hasta 120 kilómetros, tomándose en promedio un total de 33 días para realizar su recorrido.

Mientras la mayoría de las mariposas tiene un ciclo vital de 24 días, la mariposa Monarca llega a vivir hasta nueve meses.
La Monarca, igual que los seres humanos, “medican” a sus crías, poniendo sus huevecillos en plantas que les ayuden a crecer más sanas.

A pesar de que aún se investiga cómo logran regresar siempre al mismo sitio, investigadores mantienen la hipótesis de que los patrones de vuelo son heredados. La posición del sol, sus ciclos circadianos y sus antenas parecen tener las respuestas a este misterio.

El nombre común de Monarca fue publicado por primera vez en 1874 por Nahuel L. Parada. ¿La razón? Son dos. La primera tiene que ver con su tamaño y su vasto dominio que, como ya se dijo antes, va de Canadá hasta México. La segunda, porque le hace honor al rey Guillermo III de Inglaterra.

¿Sabías que cada año millones de mariposas monarca (Danaus plexippus) viajan a nuestro país desde el sur de Canadá y el norte de los Estados Unidos?

El viaje les toma en promedio 25 días y recorren hasta cinco mil kilómetros. Aprovechan los vientos que soplan del norte para volar unos 120 kilómetros diarios. En su trayecto buscan flores para alimentarse de su néctar.
Por estos meses, las mariposas llegan para pasar el invierno en algunas zonas montañosas del estado de Michoacán, en donde abundan unos árboles llamados oyameles. Se juntan formando racimos que cuelgan de las ramas y disminuyen sus funciones vitales para hibernar. Esa vista es sencillamente espectacular, tanto que vale la pena pedirle a papá que los lleve un fin de semana a verlas.

Cuándo emprenden su vuelo

A fines de marzo o principios de abril del año siguiente se empiezan a mover y emprender el vuelo de regreso.
En el viaje van dejando sus huevecillos. Estos pasan por tres etapas que duran en total entre cinco y siete semanas, hasta terminar en mariposas y emprender el vuelo siguiendo a sus padres.

Se cree que realizan esta odisea desde la última edad de hielo, siempre a los mismos lugares, utilizando campos magnéticos para guiarse.


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