De los 13.328 hectómetros anuales con los que disponía en el año 2015, el acuífero de los Valles Centrales ha reducido su volumen en más del 77 por ciento en los últimos 8 años, al llegar a los 3.03 hectómetros en el año 2023, según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
La mayor pérdida de agua en este acuífero catalogado como el 2025 ocurrió entre 2021 y 2023, cuando pasó de 12.612 hectómetros cúbicos a 3.030. Es decir, que se perdieron 9.582 hectómetros solamente en dos años.
“Estamos sacando, sacando y sacando (el agua)”, a la par de que la precipitación ha disminuido en los últimos años y de que no hay otras fuentes de abastecimiento ni inversión en las redes de distribución, dijo Esteban Ortiz Rodea, coordinador del plan para la cosecha de lluvia en Oaxaca de Juárez, que se realiza con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Durante la presentación del proyecto “Oaxaca, ciudad esponja”, Ortiz Rodea explicó este viernes que en los últimos años este acuífero ha sido objeto de una sobre explotación y detalló este desplome del acuífero con base en los datos públicos de la Conagua.
De acuerdo con el ingeniero agrónomo con la especialidad en bosques y ex delegado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la ciudad de Oaxaca también se enfrenta a otros problemas que han derivado en la crisis hídrica. Entre ellas la falta o disminución de precipitaciones que afectan por igual al país y el incremento en las temperaturas, entre otros. Entre ellos el déficit de agua o las formas de abastecimiento.
Aunado al desplome en el volumen del acuífero y con base en una investigación propia, Ortiz determinó que de la demanda total de los 37.8 millones de metros cúbicos, la mayor parte del agua potable que se distribuye en la capital es con las pipas del servicio privado (un 40 por ciento) y el 33 por ciento es a través del organismo estatal Servicios de Agua Potable y Alcantarillado de Oaxaca (SOAPA).
En tanto que un 27 por ciento de la necesidad de agua muestra un déficit, mismo que incluso es “aparente” que probablemente se cubre en parte con los garrafones de agua purificada u otro tipo de abastecimiento.
Ante ello apuntó que es urgente rediseñar “bioclimáticamente la ciudad”, es decir, que se tiene que enfocar como ciudad esponja. Asimismo, debe haber una restauración ecológica, recuperación del ecosistema, reconexión con la naturaleza, entre otros objetivos.
