El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció este jueves, por fin, que hay un repunte de la violencia en el país y dijo que su gobierno está tomando medidas al respecto, pero subrayó que la cobertura mediática sobre el tema es amarillista y tiene fines “politiqueros”. “Sí, sí, pero aquí está la realidad. Sí, pero una cosa es la difusión sobre violencia. Esto lo hemos enfrentado durante muchos años, desde que fui jefe de Gobierno, hay veces que no hay homicidios y de repente hay uno y se vuelve mediático”, expresó.
Pero no acepta del todo que el país se le está viniendo abajo, pues la seguridad, es el talón de Aquiles de la 4T.
Ayer, por ejemplo, aprovechó para fustigar a los televisos: “Dieciséis, o sea, la mitad de los estados, en la mitad no hubo un solo homicidio, ayer; sin embargo, la percepción puede ser otra, por el amarillismo en los medios con propósitos politiqueros, como es el caso del tema que abordaron los expertos, los sabiondos de Televisa.
Y claro que nos preocupa, pero no sólo nos preocupa, nos ocupa el tema. A ver, ¿cuándo los expertos, sabiondos de Televisa, de Tercer Grado, hacen un análisis del porqué de tanta violencia y tantos homicidios en Guanajuato? ¿Cómo explicarlo? Porque ayer, de los 63 homicidios, 14 en Guanajuato, 22 por ciento, pero esto no lo ven porque son muy tendenciosos”.
Cómo el presidente ya puso sus barbas a remojar, es probable que los gobernadores de los estados acepten, por fin, que hay inseguridad, “pero que el índice ha bajado, en comparación con los gobiernos que los antecedieron”.
A nivel nacional, los estados del norte siguen azotados por el narcotráfico cuyo avance es preocupante.
En el ataque a Hipólito Mora Chávez, participaron al menos 25 sicarios que utilizaron rifles de alto poder, los cuales dispararon más de mil veces. Sólo así acabaron con la vida del exlíder de un grupo de autodefensas y tres de sus escoltas, el pasado 30 de junio, en la Ruana, municipio de Buenavista.
Al día siguiente, en Palacio Nacional, sólo hubo justificaciones que sirvieron para que el pueblo piense que fue puesto por el mismo gobierno.
En los estados del norte la guerra se agudiza y ahora los delincuentes ya utilizan carros-bomba para cometer sus ilícitos.
Así, una explosión de un vehículo en la comunidad Sauz de Villaseñor, municipio de Celaya, Guanajuato, cerca de la medianoche del miércoles dejó un saldo de cuatro elementos de la Guardia Nacional (GN) heridos, dos de ellos graves. Uno sufrió la amputación de un brazo y el otro, quemaduras y daño en los tímpanos. Los efectivos acudieron para atender una denuncia sobre la presencia de cuerpos humanos en el automotor, y en eso ocurrió la detonación.
El gobernador del estado, el panista Diego Sinhue Rodríguez Vallejo manifestó su “apoyo total” a los lesionados, y pidió “revisar bien si fue un ataque directo a la Guardia Nacional o de qué se trata. El tema es delicado”, señaló.
Y claro que es delicado porque este tipo de artefactos explosivos fue empleado por la mafia colombiana contra El Ejército, policía y hasta contra civiles, provocando miles de muertos. En ese sentido, es oportuno preguntar: ¿Hay control de los explosivos en México?
En el Sur.sureste mexicano, en los últimos meses, Chiapas es avasallada por los narcotraficantes y grupos paramilitares a grado tal que, el pasado miércoles, en varias ciudades de esa entidad los católicos salieron a las calles para pedir a Dios “paz y tranquilidad”.
En Oaxaca, los crímenes no han bajado. Cuanto diéramos que así fuera, pero las cifras nos demuestran lo contrario. Este jueves, un hombre que viajaba en un automóvil fue ejecutado a balazos en la colonia Llano Verde, en Santa Cruz Amilpas.
El crimen se perpetró sobre la calle Los Naranjales esquina con Limoneros, en donde transitaba la víctima un vehículo marca Nissan, tipo Tsuru color gris oscuro, con placas W26-AZA de la Ciudad de México, cuando fue atacado a balazos en repetidas ocasiones. En consecuencia, malherida perdió el control de la unidad y ésta terminó su marcha al chocar contra un poste. Enseguida, el o los sicarios escaparon con rumbo desconocidos.
La noche anterior, en Salina Cruz, el conductor de un autobús urbano fue lesionado con disparos de arma de fuego, pero falleció después en un hospital, hasta donde llegó conduciendo su unidad.
Estamos en temporada de Guelaguetza y los prestadores de servicios turísticos han externado su preocupación, pues temen que este tipo de hechos de sangre empañen esta fiesta, justo en el momento en que la entidad necesita recursos para apuntalar la economía, hoy en crisis. Esperemos que los cuerpos policiales actúen con capacidad para evitar que se atente contra el turista y la mala fama de Oaxaca traspase nuestras fronteras. Que así sea.
JALÓN DE OREJAS
Hace apenas unos días, representantes del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades visitaron la entidad para “jalarles las orejas” a las autoridades de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) que no han mostrado un buen desempeño en el combate al dengue.
Se sabe que las autoridades de este organismo nacional realizaron visitas en las entidades donde se ha dado un gran aumento de casos de dengue, sin que a la fecha hayan mostrado buenas estrategias para combatir este problema.
Las autoridades de los SSO encabezados por la secretaria general Alma Lilia Velasco, de quien se dice ha mostrado actitudes prepotentes con el personal de diferentes unidades médicas, no han priorizado las acciones contra el dengue y éste se ha agudizado sobre todo en Valles Centrales y el Istmo de Tehuantepec.
La situación es preocupante porque en la entidad circulan los diferentes serotipos, lo cual influye para que haya más casos de dengue grave y con signos de alarma, con mayor riesgo en quienes viven en zonas cercanas a arroyos, ríos o barrancas.
Ante esta casa editorial se han reportado casos de dengue principalmente en Oaxaca de Juárez, sin el llamado a las autoridades para establecer cercos sanitarios o mandar al área de vectores para nebulizar.
La entidad apenas reporta un deceso por esta enfermedad en lo que va del año, pero se sabe que aún hay más en proceso de investigación, sobre todo en municipios de los Valles Centrales.
