Cada vez que releo los discursos de campaña que Salomón Jara Cruz propuso a los oaxaqueños para buscar la gubernatura del Estado, descubro puntos que merecen la reflexión de todos aquellos que esperamos que el nuevo gobierno, alcance en plenitud sus objetivos.
Confirmo que efectivamente existen círculos virtuosos que nos conducen a ganar, ganar, sin discriminaciones de ninguna naturaleza. Un gobierno basado en valores, abierto a la crítica, respetuoso de los derechos humanos y garantías constitucionales. Un gobierno integrado con funcionarios que cuenten con la capacidad para el desempeño eficaz de sus funciones.
Al mismo tiempo vemos con buenos ojos que Jara Cruz mencione que trabajaran en su gobierno hombres y mujeres, por supuesto, que estén mejor preparados y que los profesionistas tengan en su carta de servicio público, constancia de su capacidad para servir a la gente con calidez humana y que no tengan expedientes negros ni cuentas pendientes con la justicia.
La gobernabilidad democrática es muy diferente. Ésta es desconocida, pertenece al futuro y al terreno de la inexperiencia. Porque en Oaxaca no conocemos, en la práctica, lo que es la democracia, ni los alcances que tiene para cimentar un gobierno de justicia. Gobernar con democracia es un camino plagado de arenas movedizas. Sin embargo, es el mejor camino para los hombres libres sin vocación de esclavos.
Salomón Jara Cruz, no debe perder de vista las pasiones y los rencores de aquellos caciques que en este momento lo están presionando para ocupar cargos y que no estarán en el (Gabinete 2022-2028) poder gubernamental.
En términos generales, es alentador ver el resurgimiento, en Oaxaca, de una conciencia más clara del progreso compartido entre las masas populares y de esto Oaxaca es ejemplo indiscutible. La democracia a secas y tradicional, ya no satisface las aspiraciones de un pueblo que reclama mayor justicia social y el derecho a una vida mejor con base a la igualdad de oportunidades.
Así entendemos que, por principio, todos somos iguales ante las leyes, sin importar la condición social de cada individuo en particular. Este es un principio porque es inatacable, universal, natural, reconocido y aplicado con absoluta reverencia en todo gobierno que se diga democrático. En otras palabras, este principio encierra el más elevado concepto de justicia. Y la justicia más acabada, sólo la hallamos en los gobiernos más democráticos. “Dime cuánta justicia hay en tu estado, y te diré cuanta democracia tienes”.
Cuando el pueblo tenga mayor participación en las acciones de gobierno, los ciudadanos podremos con mayor fuerza y efectividad atacar la impunidad, en la cual se basa toda la corrupción que tanto vulnera a las instituciones estatales. Visto así el panorama estatal, el avance popular demostrado por Salomón Jara Cruz en Oaxaca, significa una posibilidad real de que la sociedad toda, ricos y pobres podamos vislumbrar una salida, a este callejón en que nos han metido. Estaremos al pendiente. Y comentaremos desde nuestro Oaxaca. Es mi opinión. Y nada más…
