La tradición oral y deseos por preservar sus raíces, ha llevado a los hermanos Arellanes Ríos a traspasar fronteras, gracias al juego de pelota mixteca.
“Practicamos desde niños, muchos amigos se fueron por lo más común que es el futbol, pero nuestro papá (Álvaro Arellanes) nos enseñó esta disciplina, nunca nos obligó, pero a nosotros nos gustaba, veíamos los encuentros con mucha pasión y ahora lo seguimos preservando”, compartió Homero Arellanes Ríos, a la Comisión Nacional del Deporte (CONADE).
“Tenemos la fortuna de ser cinco hermanos, que es el equipo completo, el más grande es José Luis, que tiene 48 años, después Eduardo que tiene 47, sigue Ángel de 41, luego estamos Efraín y yo, que somos gemelos y cumplimos 37 años este 14 de enero”, narró en entrevista para la Comisión Nacional del Deporte (Conade), Homero Arellanes, quienes son originarios de la Ciudad de México, pero que aprendieron este deporte ancestral gracias a sus familiares de Oaxaca.
“Llevo más de 20 años jugando la pelota mixteca, mis hermanos mayores nos enseñaron a practicarla, es una herencia de mi padre que era de San Nicolás Tolentino, Oaxaca, no ha sido difícil practicarla aquí, porque ya se juega en varios campos, en la Ciudad de México”, detalló el experimentado jugador, quien ha visitado la Verde Antequera en diferentes ocasiones, para medir su potencial.
Homero junto a sus hermanos, confirma la quinta de Arellanes, que es muy conocida en el país, por su tradición en la pelota mixteca.
La especialidad de los hermanos es en la modalidad de pelota de hule, que se desarrolla en un pasajuegos de aproximadamente 100 metros de largo por 11 de ancho, ocupando un guante que pesa entre 3 y 6 kilos, para golpear una pelota de hule que pesa unos 900 gramos.
Realizar esta milenaria disciplina permitió a los hermanos ser parte de la delegación que representó a México en el Festival Internacional Tocatí 2014, en Verona, Italia, así como en los Primeros Juegos Mundiales de los Pueblos Indígenas, que se llevaron a cabo en Palmas Brasil, a finales de 2015, entre otros eventos, a los que asistieron con apoyo de la CONADE.
Actualmente, debido a la pandemia, Homero Arellanes reconoció que han disminuido sus jugadas, y esperan las indicaciones de federales para poder seguir promoviendo este deporte milenario como lo venían haciendo antes de la pandemia.
Los hermanos Arellanes juegan en el patio de juegos de Río Hondo, en Huixquilucan, Estado de México y se sienten orgullosos de llevar más allá está práctica originaria de Oaxaca, donde de igual manera se espera la luz verde para retomar su ritmo.
“La pelota mixteca es nuestro deporte, con toda la importancia cultural y ancestral que tiene, al ponernos nosotros el guante tenemos el orgullo de saber que es algo que arrastra tanta historia del juego de pelota en México, eso es doblemente gratificante”, finalizó.
