Desde hace unas semanas, el transporte público debe operar al 50% de su capacidad, como medida para evitar la propagación del virus causante de Covid-19. A esta disposición, el lunes se sumó otra de índole obligatoria y aplicable a usuarios y conductores: el uso de cubre bocas.
POCO RESPETO
Sin embargo, la realidad es otra a un día de la disposición anunciada el pasado viernes. Al subir a un camión que se dirige a Plaza del Valle se observa que la mayor parte de los asientos están ocupados y que entre los más de 20 pasajeros sólo cuatro o cinco portan cubre bocas. Ninguno de ellos es el chofer.
En la mañana, durante el paso de camiones por la Central de Abasto, el escenario es diverso. Algunos camiones que vuelven a sus rutas de origen como Pueblo Nuevo van casi vacíos y los conductores llevan cubre bocas.
Sin embargo, el uso de cubre bocas no es generalizado, como se observa en los espacios públicos de la ciudad. En el zócalo, así como en la Alameda de León o las calles donde se ubican los bancos, se estima que de cada 10 personas sólo cinco usan cubre bocas. Aunque en otros casos, la cifra es menor, llegando a contarse apenas dos o tres con cubre bocas por cada decena.
SE PERCIBE DESINTERÉS
Un par de jóvenes que desde hace casi tres semanas brinda información en uno de los módulos de los Servicios de Salud estatal coincide con la percepción. Aunque desde ayer también es obligatorio el uso de cubre bocas en espacios públicos, no todas las personas cumplen con ello. Su estimación es que de cada 10 unas cinco lo emplean, pero de éstas, sólo un par lo utiliza correctamente.
“Muy poca gente lo cumple. También son pocas las personas que utilizan bien el cubre bocas, por lo general lo traen debajo de la nariz, enrollado en el cuello, lo vienen jugando con las manos. Eso no se debería hacer, únicamente hay que manipularlo por las ligas y lo tienen que desechar, según su material, en bolsas para proteger a quienes se encargan de recoger la basura”.
HAY APATÍA Y RENUENCIA
Como esto, lo que observan es la apatía y renuencia de las personas a seguir las recomendaciones y disposiciones, pues han notado que aún salen mucho a la calle. Quienes consideran que en realidad salen por necesidad, exponen, son las personas que generalmente usan de manera correcta el cubre bocas. No así quienes perciben que sólo salen de paseo.
Para los encargados de uno de los cuatro módulos sobre información sanitaria de los Servicios de Salud de Oaxaca, la gente se muestra apática o renuente para recibir información sobre la enfermedad, las medidas sanitarias y demás. “Las personas no nos quieren escuchar, simplemente piden el gel y no se quedan a escuchar, pues dicen que ya saben cómo es el lavado de manos”.
