La agencia calificadora Standar & Poors descartó cambios radicales en la política económica de México en caso de que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) gane la presidencia del país en las elecciones de julio próximo.
No esperamos un cambio sustancial en las políticas fiscal o monetaria bajo una potencial administración de AMLO”, dijo en un comunicado en el que ratificó la nota crediticia de México en “BBB+”, con perspectiva estable.
Sin embargo, la firma destacó que no hay claridad en cuanto a su postura sobre la reforma energética.
“AMLO ha criticado la reforma energética de 2013, lo que ha generado incertidumbre sobre la inversión privada en ese sector”.
Pese a ello, S&P prevé que la reforma se mantenga vigente, ya que se basa en una reforma constitucional -que es poco probable se pueda cambiar-. Lo que podría modificarse, señaló, es el ritmo de implementación.
La fuerte participación de empresas privadas extranjeras y locales en las recientes rondas de licitación de petróleo y gas indican la confianza del sector privado en la persistencia de las nuevas políticas de energía (72 compañías han firmado contratos y han comenzado a trabajar en México desde la reforma energética, y 33 son de propiedad mexicana).”.
Una obligación calificada con “BBB” presenta parámetros de protección adecuados. Sin embargo, es más probable que condiciones económicas adversas o cambios coyunturales conduzcan al debilitamiento de la capacidad del emisor para cumplir con sus compromisos financieros sobre la obligación.
A principios de febrero, el principal asesor de negocios de AMLO, Alfonso Romo, señaló que cambió la postura de López Obrador sobre la reforma energética, y ahora considera que es buena para México, además de ser transparente, y que, en caso de ser elegido presidente, ni una sola compañía sería nacionalizada.
Aunque el candidato por la coalición “Juntos haremos historia” no se ha pronunciado al respecto.
Sobre sus principales rivales, S&P dijo que espera que los candidatos José Antonio Meade, de la coalición Todos por México, y Ricardo Anaya, de Por México al frente, mantengan las políticas económicas actuales en caso de que alguno de ellos sea electo.
“El lento crecimiento del PIB durante muchos años y la creciente frustración derivada de la corrupción ha debilitado el respaldo para los partidos tradicionales, lo que ha alimentado la generación de candidatos políticos independientes y partidos nuevos”, señala el comunicado.
Además, la calificadora estimó que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) supere ligeramente el 2 por ciento en 2018 y hacia el 2021, siempre y cuando haya un crecimiento constante en Estados Unidos, una amplia continuidad de las políticas económicas clave en México y un incremento gradual de la inversión privada en el sector de energía.
La combinación de estabilidad política, políticas económicas previsibles y una economía flexible ha permitido que el país se ajuste a las cambiantes condiciones mundiales. Sin embargo, una tasa de criminalidad persistentemente alta (incluyendo delitos violentos) y una frustración generalizada sobre corrupción en todos los niveles del gobierno ha generado un costo económico y político para el país”.
