Conseguir una medalla de oro en Olimpiada Nacional implica días y horas de dedicación como parte del entrenamiento, además de sacrificios con familiares y amigos, pero al final todo tiene su recompensa.
Así le sucedió a Alejandro Cruz Santiago, quien se coronó campeón en esta edición de la Olimpiada, al derrotar en la gran final a Julio González, del estado de Guanajuato, en la división Infantil de menos de 61 kilos.
Con siete años practicando el tae kwon do, el atleta oaxaqueño se dijo contento por cristalizar su sueño de conseguir una medalla de oro en la justa deportiva infantil y juvenil amateur más importante del país.
La gráfica del oaxaqueño estuvo compuesta por 15 taekwondoines, pero en su llave, eran solamente siete, por lo que pasó de bye la primera ronda, al ser el número uno del ranking.
Si bien es cierto que la gráfica le favoreció con un combate menos, imponerse por encima de tal número de competidores, que igual que él, entrenan duro, no es sencillo.
El peleador oaxaqueño dijo que la final fue una pelea muy acelerada, ya que iba mucho al ataque sobre el de Guanajuato, ya que quería buscar los puntos para ganar.
Cuando el peleador conectaba puntos, estos eran vitoreados por su entrenador, quien no ocultó la felicidad de que su pupilo lograra el metal dorado con gran contundencia.
“Llevo siete años entrenando tae kwon do y esta es mi tercera olimpiada y como dicen, la tercera es la vencida”, dice el oaxaqueño con cierta timidez, pero sin ocultar la alegría de portar el metal dorado en su pecho.
Cruz Santiago fue apoyado en todo momento por el resto del equipo oaxaqueño, quien lo felicitó luego de la premiación como reconocimiento a su esfuerzo y dedicación.
“Fue un entrenamiento en doble sesión que terminaba luego de varias horas de practica”, dijo el campeón nacional, quien practicaba con artemarcialistas más grandes que él.
Sin duda eso le sirvió para imponerse al de Guanajuato, pues era más alto que el oaxaqueño y las patadas las pegaba más largas, pero el campeón supo esquivarlas de buena manera y encontrar el momento para marcar en el peto.
Cruz Santiago dedica la medalla a su familia, pilar importante en todos los deportistas, quienes lo han apoyado en todo momento desde que se inició en este deporte.