Hace más de cuatro décadas, jóvenes entre los 14 y los 16 años, fueron parte de la primera generación de la Escuela de Futbol Cruz Azul, que fundó el ex jugador profesional Cesáreo Victorino Ramírez, quien los dejó marcados para toda su vida, con sus enseñanzas, dentro y fuera de la cancha.
Fue hace 43 años, cuando Victorino Ramírez decidió radicar en la ciudad de Oaxaca, poco a poco le fue tomando cariño a esta tierra, que con el tiempo lo adopto, contagiando a una camada de jóvenes a creer en ellos, y logrando que 21 de ellos, se convirtieran en jugadores profesionales y que hoy lo recuerdan con mucho cariño.
En la reunión llegó a la mente de todos, que Victorino Ramírez, fue jugador de Cruz Azul y América, pero también fue seleccionado nacional, derrochando talento en el medio campo, pero también haciéndose presente con goles.
Gracias a su talento, Cesáreo pudo haber decidido vivir en cualquier parte, pero el amor por doña Patricia Mungaray fue más fuerte, que hizo que se quedará en la Verde Antequera.
En ese tiempo, jóvenes de entre los 14 y los 16 años, fueron parte de esta escuela, creada con el objetivo de sacar todo su potencial, y así lo recuerdan todos quienes estuvieron con él.
En este marco, el fin de semana se realizó el 43 aniversario, de la creación de la escuela, se realizó una convivencia de futbol, como invitados especiales, estuvieron presentes periodistas de la fuente deportiva, quienes apoyados por amigos hicieron frente a los celestes, que mostraron tener mucho futbol en los pies.
En las acciones tomaron parte, los dos Cesáreos, hijo y nieto del homenajeado, este último que es jugador del equipo Alebrijes.
Debajo de uno de los laureles, que rodean el empastado se realizó un breve acto, que fue encabezado por el hijo de Cesáreo Victorino y su nieto, todos ellos del mismo nombre, ahí Ricardo Alarcón Alcántara, Julio Girón Méndez, y Alejandro Assad Morel, atestiguaron la entrega de un reconocimiento a la familia del “profe”.
