La violencia protagonizada por taxistas en Oaxaca vuelve a estar en el centro del debate público. Esta vez, un conductor de taxi de la zona de Etla fue denunciado por intentar agredir físicamente a una mujer tras un presunto incidente vial ocurrido en las inmediaciones de Viguera. Al norte de la capital del estado.
El caso fue expuesto a través de redes sociales y grupos de mensajería instantánea. Donde la víctima publicó una fotografía del vehículo y relató su experiencia, alertando a otras personas. El hecho generó indignación y reavivó las críticas hacia el comportamiento impune y recurrentemente violento de algunos choferes del servicio público.
La denuncia: “Se me cierra, se enoja que lo rebase y se baja a quererme pegar”
La víctima, cuya identidad se mantiene en reserva, compartió el siguiente mensaje como parte de una denuncia ciudadana que rápidamente se viralizó:
“Mucho cuidado con este sujeto, maneja este taxi rumbo a Viguera, ocurrió, se me cierra, se enoja que lo rebase y se baja a quererme pegar. Soy mujer, por eso lo expongo.”
El testimonio revela no solo una amenaza directa a su integridad física, sino también un patrón de violencia de género en el espacio público. En un contexto donde muchas mujeres se sienten vulnerables ante este tipo de agresiones.
El agresor fue plenamente identificado
De acuerdo con la descripción proporcionada por la denunciante, el presunto agresor es un hombre de tez morena, complexión robusta, que al momento de los hechos vestía playera tipo polo roja, pantalón de mezclilla azul claro, chaleco color crema y una mochila tipo mariconera.
El vehículo involucrado es un Chevrolet Aveo adaptado como taxi, con colores guinda y blanco, marcado con el número económico 12-637, y placas de circulación 51-89-SJM del estado de Oaxaca. La unidad pertenece al servicio concesionado de la región de Etla.
Taxistas: ¿servicio público o amenaza constante?
Este caso no es un hecho aislado. En Oaxaca, las denuncias por agresiones, amenazas, maltrato o conducción temeraria por parte de taxistas han sido constantes en los últimos años. A pesar de ello, muchas veces no se aplican sanciones efectivas y las unidades siguen operando con normalidad. Lo que incrementa la sensación de impunidad entre los ciudadanos.
Diversas organizaciones civiles han pedido mayor vigilancia, regulación y capacitación obligatoria para los operadores del transporte público. Además, argumentan que algunos conductores se comportan como si fueran dueños absolutos de la vía pública, sin importar las consecuencias.
Autoridades omisas y falta de regulación efectiva
Hasta el momento, ninguna autoridad estatal, como la Secretaría de la Movilidad de Oaxaca (SEMOVI), ni municipal ha emitido una postura oficial sobre este nuevo caso de agresión. Tampoco se sabe si el conductor ha sido citado por alguna instancia del transporte o seguridad pública.
La ausencia de respuesta institucional y la falta de mecanismos accesibles para denunciar con resultados tangibles siguen siendo uno de los principales reclamos de la ciudadanía. Casos como este, ampliamente compartidos en redes sociales, reflejan una justicia que depende más del escrutinio público que de la acción del Estado.
Urge reformar y fiscalizar al transporte concesionado
Este episodio debería obligar a las autoridades del transporte en Oaxaca a replantearse el nivel de supervisión y control sobre quienes operan unidades de servicio público. En especial cuando los antecedentes muestran una preocupante tolerancia hacia el uso de la violencia y el acoso contra mujeres.
Finalmente, mientras no existan consecuencias reales para los agresores, ni un sistema funcional de atención a víctimas, estas denuncias seguirán repitiéndose sin cambio alguno en la seguridad vial de la entidad.