Dos mujeres fueron vinculadas a proceso por presuntamente alterar la escena donde niñas y niños resultaron con quemaduras de gravedad durante un campamento organizado por una escuela privada en la capital oaxaqueña.
Los hechos ocurrieron el 29 de abril de 2025, en el marco de las actividades por el Día del Niño, en el colegio “Francoise Dolto”. Ubicado en el Centro Histórico de la ciudad. En medio de una actividad recreativa con fogata, una persona adulta lanzó alcohol etílico al fuego. Lo que avivó las llamas y provocó que varios menores resultaran heridos por quemaduras.
Limpieza indebida de la escena: una acción que encubre y complica la justicia
Según la carpeta de investigación, dos mujeres identificadas como G.S.M. y S.I.S. fueron señaladas por haber modificado o limpiado el lugar de los hechos antes de que llegaran las autoridades. Lo que constituye el delito de alteración de indicios y evidencias, contemplado en la legislación penal del estado.
La manipulación de la escena puso en riesgo la investigación, obstaculizó la recopilación de pruebas y, sobre todo, atentó contra el derecho de las víctimas menores a un acceso pleno a la justicia. Este tipo de acciones, aunque no constituyan la agresión directa, son consideradas graves por encubrir o minimizar un hecho violento.
Prisión preventiva y proceso en curso
Tras la ejecución de la orden de aprehensión, ambas mujeres fueron puestas a disposición de la autoridad judicial, que dictó su vinculación a proceso e impuso prisión preventiva justificada. Tras considerar la gravedad del hecho y su posible impacto en la investigación. Se estableció un plazo de 20 días para el cierre de la investigación complementaria.
La decisión judicial se basó en los datos de prueba aportados por las autoridades investigadoras. Con las que se confirmaron el intento de modificar el entorno en el que se produjo el incendio que afectó a los menores.
¿Festejo infantil o negligencia institucional?
El caso ha despertado indignación entre la comunidad educativa y la sociedad oaxaqueña, no solo por la tragedia en sí, sino por el manejo negligente de una actividad escolar que implicaba fuego y sustancias inflamables. Hasta el momento, no se ha informado si se ejercerán responsabilidades penales contra quien vertió el alcohol al fuego. Ni si se ha sancionado administrativamente a la institución educativa.
Especialistas en derechos de la infancia han señalado que permitir el uso de fuego sin medidas preventivas y sin personal capacitado viola los estándares mínimos de seguridad escolar. Además pone en entredicho la responsabilidad institucional del plantel.
Niñez vulnerada y justicia lenta
Aunque en este caso se actuó contra quienes alteraron la escena. Aún no hay claridad sobre la reparación del daño a las y los menores lesionados, ni sobre el estado de salud actual de los afectados. Además, el enfoque judicial se ha centrado en la alteración de pruebas, sin que se hagan públicos avances sobre las responsabilidades directas por las quemaduras sufridas por las niñas y niños.
La situación evidencia la falta de protocolos claros de actuación en centros educativos privados, donde actividades de riesgo se desarrollan sin supervisión técnica ni acompañamiento especializado.
Un caso que exige justicia con enfoque de niñez
Más allá de la acción penal por alterar indicios, este hecho es un recordatorio de la urgencia de proteger a la infancia en todos los entornos, especialmente en aquellos que deberían garantizar su bienestar y seguridad. Lo ocurrido en el colegio Francoise Dolto no puede quedar como un accidente aislado.
Las lesiones físicas y emocionales sufridas por los menores requieren atención integral, acompañamiento psicológico y justicia restaurativa. Además de sanciones ejemplares a quien haya contribuido, directa o indirectamente, a esta tragedia.