Hace casi 25 días, Iván O. C., acudió a la clínica del Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS), en La Crucecita, Huatulco, pues en un pequeño accidente pisó una botella de vidrio y un fragmento quedó incrustado en el talón de su pie.
Después de hacerlo esperar más de 3:00 horas en la clínica para poder atenderlo, le cortaron en el talón del pie, supuestamente sacaron el fragmento de vidrio de su talón, lo vendaron, le recetaron analgésicos y lo mandaron a casa.
Sin embargo, hasta el día de ayer, Iván aún no podía caminar, pues presentaban molestias en el pie, en el lugar en donde tenía la herida y supuestamente habían sacado el pedazo de vidrio.
En su desesperación, pues requiere poder caminar para ir a trabajar y mantener a su familia, con ayuda de su esposa y un alicate para uñas, operó por sí mismos su talón, descubriendo en el interior de la herida un enorme fragmento de vidrio de aproximadamente 2 cm de vidrio, el cual durante varios días permaneció incrustado en su pie.
Con esto el hombre trató de mostrar que en la clínica del IMSS, no recibió la atención adecuada y de acuerdo al testimonio de Iván “todavía de mala gana” ¿Qué pasaría de haberse tratado de una lesión similar, pero en otra parte del cuerpo, cerca de algún órgano vital?