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El asesinato de 53 personas en Texas, quienes murieron por asfixia tras haber sido abandonados en un tráiler (https://bit.ly/3yexiBA), es solo la punta del iceberg de un sistema que deshumaniza y arrebata la dignidad de las personas de forma cotidiana. Y se trata de un asesinato porque las condiciones en las que viajaban, sin el auxilio necesario, eran condiciones de muerte previsible.

Migrar no debería ser tan complicado. Se trata de un derecho humano que todas y todos tenemos. No obstante, las políticas de los Estados para limitar la movilidad transfronteriza de las personas son prácticamente criminalizantes, lo que abre la posibilidad a la creación redes de tráfico ilegal para lograr dicho objetivo.

Y, aunque migrar es un derecho —como ya se apuntó— se debe visibilizar que la gran mayoría de las personas migran por sobrevivencia. Las condiciones de vida para grandes porciones de la población humana se han complicado a raíz de la violencia, el cambio climático y la desigualdad. Abandonar familia, hogar y comunidad resulta el último recurso ante una realidad lacerante que amenaza con quitar la vida, ya sea a manos de alguien más o por el hambre. ¿Si ya se tiene la ominosa advertencia de que quedarse es una sentencia de muerte, qué otra opción más que migrar?

Las condiciones para poder aspirar a cambiar su país de residencia, queda claro, no son las mismas para todas las personas. Basta recordar a miembros de la clase acomodada de México amenazar con irse —e irse— cuando se dieron a conocer los resultados de la elección presidencial de 2018. No es lo mismo irse blanco y con dinero que pobre, con hambre y necesidad. Los cuerpos que sufren el paso transfronterizo son aquellos que de verdad lo necesitan.

Además, es necesario reconocer que —a pesar de la criminalización— la fuerza de trabajo de las y los migrantes que no cumplen con los procedimientos administrativos para la validación de su paso migratorio es clave para las economías de los países de recepción.

Como ha sido registrado en varias ocasiones, las y los migrantes ejecutan tareas fundamentales para el desarrollo económico de los países de destino y que las y los residentes previos no realizan por diversas circunstancias (https://nyti.ms/3IbuE49; https://bit.ly/3OCFkLy; https://bit.ly/3ahgzFI).

Si esta fuerza laboral, si estas personas son tan necesarias en los países de destino, ¿por qué se diseñan, implementan y pululan políticas que criminalizan y condenan a tortuosos procesos a las personas que migran?, ¿por qué sabiendo este panorama, como sociedad no exigimos cambios sustanciales en estas políticas?

Resulta un espejo de la condición humana actual que tragedias como estas pasen un día sí y el otro también y no exista ni un atisbo de sobresalto. De manera colectiva se siguen condenando a la muerte a miles de personas por año solo por tratar de salvar la vida. ¿Cuánto tiempo más?

@GalateaSwanson

 

 


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